Las personas deben estar felices de que el supremo Señor haya puesto nuevos materiales a su disposición, para que lo sirvan y obtener adoraciones de variadas maneras. Las personas deben orar por más y nuevas ocasiones y regocijarse en la oportunidad que reciben sus manos. Esta actitud otorga un gozo inconmensurable. Llevar una vida empapada de este gozo es de hecho la bienaventuranza. Todo lo realizado desde el amanecer hasta el atardecer debe ser consagrado, como si fuese adoración al Señor. Así como se tiene el cuidado de cortar solo las flores frescas y de mantenerlas limpias y firmes, así también, debe hacerse un esfuerzo incesante para llevar a cabo acciones que sean puras e impecables. Si se mantiene dicha visión ante el ojo de la mente todos los días, y se vive la vida de acuerdo con ello, esta se convierte en un servicio al Señor largo y constante. El sentimiento del Yo y Tú desaparece pronto y todo trazo de ego es destruido. Entonces la vida es transmutada en verdadera devoción al Señor (Hariparayana).i Sathya Sai Baba. (Prema Vahini.C8. Versión en inglés)