Este mundo es una combinación de tiempo (kala), acción (karma) y causa (karana). Toda acción tiene una reacción. Cuando se cortan el dedo con un cuchillo, brota inmediatamente la sangre. Aquí, la reacción es instantánea. No hay ningún intervalo de tiempo. Por otro lado, los alimentos que ingerimos tardan al menos dos horas en ser digeridos. Tomemos el caso de una semilla. Una semilla sembrada hoy tarda de tres a cuatro días en brotar. Aquí, la brecha de tiempo entre la acción y la reacción es ligeramente mayor, comparada con los casos anteriores. En el otro extremo, tenemos el caso de un árbol joven que tarda años en crecer y convertirse en un árbol gigantesco y dar frutos. De modo que el intervalo de tiempo entre la acción y la reacción puede variar según la naturaleza de la acción. Es imposible decir cuándo, cómo y dónde uno se enfrentará a las consecuencias de las propias acciones. Pero tengan la certeza de que nadie puede escapar a las consecuencias de sus acciones. (Discurso del 3 de septiembre de 1999)