Deseen y rueguen por el bienestar del universo entero. Desarrollen el sentido de la unidad, y destierren los sentimientos de diferencia. Este es el verdadero servicio al país. Ustedes deben vivir en unidad, cargados con el sentimiento de que todos son sus hermanas y hermanos. Su sentimiento de unidad debe exceder incluso al que se halla entre miembros de una familia. Todos saben que cuando Vivekananda pronunció su discurso en Chicago ante el Parlamento de Religiones, sobre el tema de la sabiduría de nuestros antepasados, comenzó con las palabras «hermanos y hermanas de Estados Unidos». La audiencia se emocionó tanto al oír esto, que le dispensaron una ovación de pie. Se sintieron muy felices cuando él se dirigió a ellos como hermanos y hermanas. Hoy, sin embargo, los bharatiyas (indios) se avergüenzan al ser llamados hermanos y hermanas. Tenemos que difundir ese espíritu entre todos y cada uno. La humanidad es algo que vino con nosotros al nacer, no después. El ser humano y la cualidad de la humanidad comenzaron a existir al mismo tiempo, no más tarde. ¿Cómo podemos haber olvidado un sentimiento tan divino? (Discurso, 27 de mayo de 2000)