Ustedes deben trascender el método habitual de ver al Gita como un mero diálogo entre Krishna y Arjuna, enalteciéndolo a lo que verdaderamente es: un diálogo divino entre Ishwara y Jivi, entre Dios y el hombre. Actualmente se alienta la recitación del Gita como un fin en sí mismo. Esto es solo un método de pasar el tiempo en algo beneficioso. El Gita es un camino, una meta, un logro. Su propósito se alcanza mediante la práctica y la experiencia. La voz de Dios como mensaje al hombre es un regalo de la gracia, a todos los hombres. Lamentablemente, el hombre lo interpreta según lo dicte su temperamento, y en consecuencia, el puro y claro mensaje resulta contaminado. Luego, cuando el mensaje es presentado en una variedad de formas, produce confusión y conflicto. Quienes profesan enseñar y predicar religión deben evitar tales consecuencias, concentrándose en despertar el hambre espiritual, y satisfacerla. Hay muchos que procuran gratificar las apetencias de la gente con historias irrelevantes que empañan lo principal, el tema espiritual. El mensaje puede tener éxito en capturar los corazones de la gente solo cuando es experimentado por la persona que habla, y cuando su objetivo es solo inspirar a los demás a que compartan su propia felicidad. Sathya Sai. (Discurso del 4 de julio de 1987).