Cuando Lakshmana se desvaneció en el campo de batalla, Rama se lamentó así: «Si Yo buscara en el mundo, podría encontrar otra esposa como Sita y una madre como Kausalya, pero no un hermano como Lakshmana». Así de conmovido se sentía Rama por el amor fraternal de Lakshmana, y elogiaba sus cualidades. Hay muchas familias en el mundo en las que padres, hermanos y hermanas han demostrado grandes ideales. Ustedes no tienen por qué dudar de que aun hoy existan hermanos tan ideales. Ellos existen. Puede que tengan diferencias temporales de opinión, pero siempre se aman unos a otros. Todo hombre debe necesariamente esforzarse por tomar consciencia del principio del Atma, que está presente en todos. La dulzura de la experiencia átmica no tiene parangón. En el campo espiritual, lo que debemos lograr es la experiencia de la bienaventuranza átmica. Quien percibe la divinidad inherente en la humanidad es un verdadero ser humano. El Atma no tiene ninguna forma específica. Está lleno de amor y dicha. Esto tiene que ser percibido y experimentado por cada individuo. Sathya Sai (Discurso, 17 de octubre de 2003)