Hay quienes, por temor a las críticas cínicas de los no creyentes, están reticentes a participar en el Nagarasankirtan. Cuando tienen a la plena Encarnación de la Temeridad instalada en el corazón, ¿por qué debería afectarlos el mínimo temor? Si otros no se unen por temor a la burla o al ridículo, salgan solos cantando el Nombre. Ustedes llegaron a este mundo solos, sin compañía, ¿no es así? Durante los años de vida acumularon parentescos y amistades quienes se apegaron a ustedes. Cuando regresan al reino del cual vinieron, entran los portales solos, sin nadie para acompañarlos. También entonces dejen que sea así el trayecto del Nagarasankirtan. Entren solos a la calle, únanse a sus allegados si se les acercan, muévanse con ellos, sin que nada les importe o los afecte; deléitense en la propia soledad y finalmente entren a su hogar con la satisfacción de que la tarea está bien hecha. Puede ser que la gente se burle como si fueran locos, pero esta locura es infecciosa y muy pronto, incluso los irreverentes se unirán. (Discurso del 13 de enero de 1970)