Shivaratri hace que seamos conscientes de que la misma divinidad lo permea todo, y se encuentra en todas partes. En nuestra cotidianeidad existen sinnúmero de circunstancias que demuestran la existencia de la Divinidad en cada persona. Consideren un cine; en la pantalla vemos ríos desbordados, abarcando todas la tierras circundantes. A pesar de que la escena está llena aguas que lo inundan todo, la pantalla no se moja ni un poco. En otro momento, en la misma pantalla vemos volcanes en erupción con lenguas de fuego, sin embargo, la pantalla no se quema. La pantalla que sirve de base para todas estas imágenes no es afectada por ninguna de ellas. Del mismo modo en la vida del hombre, el bien y el mal, el gozo y la pena, el nacimiento y la muerte, vendrán y se irán pero no afectarán al Atma! En el cine de la vida, la pantalla es el Atma, es Shiva, es Shankara, es la Divinidad. Cuando comprendemos este principio, somos capaces de comprender y disfrutar la vida, y encontrar satisfacción en ella. (Discurso del 17 de febrero de 1985)