Cuando el hombre emerge de la matriz de su madre, no encuentra ninguna guirnalda alrededor de su cuello. No hay joyas hechas con perlas ni brillantes ornamentos de oro. No hay collares con piedras preciosas, como esmeraldas y diamantes, engastadas. Pero, ¡sí hay una guirnalda alrededor de su cuello! Brahma ensarta las consecuencias de sus acciones pasadas en una pesada guirnalda y la pone alrededor de su cuello en el momento de su nacimiento. Así, los resultados de nuestras acciones pasadas nos persiguen. Supongamos que comen pakoda en su casa; ¡después de algún tiempo, obtendrán un eructo solo de pakoda! De manera similar, obtienen los resultados de sus karmas pasados. Por lo tanto, sus acciones deben ser siempre buenas. Para que uno emprenda siempre buenas acciones, debe cultivar el amor a Dios, el temor al pecado y la moralidad en la sociedad. ¡Si uno cultiva estos tres, podrá mantenerse alejado de las malas acciones! El amor a Dios, el temor al pecado y la moralidad en la sociedad son interdependientes. ¡Uno sigue al otro! La repetición del nombre de Dios ayuda a cultivar estas nobles cualidades. – Sathya Sai. Discurso del 20 de julio de 2009.