Sirvan a las personas sin pensar en “superior” o “inferior”; ninguna actividad de servicio es superior o inferior, todas son iguales a los ojos del Señor. ¡Lo que importa es la disposición, la alegría, la eficiencia, la habilidad con las cuales se apresuran a hacerlo! Si no sirven al hombre, que es su semejante y tiene los mismos sentimientos, impulsos e instintos que ustedes; que se encuentra vivo ante ustedes, aceptando su servicio con alegría y una sonrisa de gratitud, ¿cómo pueden servir a Madhava (Dios), que está tan por encima y más allá de ustedes, tan diferente y distante, tan potente y misterioso? Entrénense para servir a Dios sirviendo al hombre, en cuyo corazón está Dios instalado. Convénzanse de que el servicio al hombre es adoración a Dios. Si echan a la calle a alguien que corre hacia la casa de ustedes para refugiarse de la lluvia, ¿no es eso inhumano, por decir lo menos? Si no hacen todo lo que está a su alcance para aliviar el dolor que otro sufre, ¿son dignos de ser llamados humanos? – Sathya Sai. (Discurso del 4 de octubre de 1967).