La gente experimenta alegría y miseria a través de lo que oye. Por lo tanto, evitando las crueles flechas de las duras palabras, uno debe usar las dulces, agradables y suaves. Y a esa suavidad, añadir la dulzura de la verdad. Hacer la palabra suave añadiendo falsedad sólo despeja el camino para más miseria. Una persona que se ha convertido en un aspirante espiritual debe usar palabras muy suaves, dulces, verdaderas y agradables. Tal persona puede ser reconocida por sus buenas cualidades. Así, de aquellos que se han convertido en aspirantes espirituales, la mente (manas) es Mathura (lugar de nacimiento de Krishna), el corazón (hridaya) es Dwaraka (la capital de Krishna), y el cuerpo (deha) es Kasi (Benares). Prema Vahini, Cap. 43