El Sadhana (esfuerzo espiritual) debe hacerlos más calmos, imperturbables, aplomados y equilibrados. Hagan que la mente sea tan fresca y reconfortante como la luz de la luna, ya que la Luna es la deidad que gobierna la mente. Sean tranquilos al hablar, y también en su respuesta ante la malicia, la calumnia y el elogio. Ustedes se quejan de que otras personas perturban su ecuanimidad, pero no saben que aunque su lengua no hable, sus pensamientos pueden alterar la ecuanimidad de quienes los rodean. El desapego, la fe y el amor son los pilares sobre los que descansa la paz. Entre ellos, la fe es crucial, porque sin ella, todo Sadhana es un rito vacío. Solo el desapego puede hacer efectivo al Sadhana, y el amor nos conduce rápidamente a Dios. La fe alimenta el dolor de la separación de Dios, el desapego lo canaliza por el camino de Dios, y el amor ilumina el camino. Dios otorga lo que ustedes necesitan y merecen; no hay necesidad de pedir, ni motivo para quejarse; siéntanse satisfechos. Nada puede suceder contra Su voluntad. (Discurso, 13 de enero de 1969)