Encarnaciones del amor! Si desean hacerse candidatos al amor de Dios, todas sus acciones deben ser compatibles con el amor. Es imposible lograr el amor de Dios sin acciones apropiadas y sagradas. ¿Podrá alguna vez ser feliz quien está siempre anhelando recompensas? La única compensación que ustedes deberían buscar es el placer y la alegría de cumplir adecuadamente con su deber. !La alegría del servicio es la verdadera recompensa! Si van en contra de la orden de Dios, todo está destinado a salir mal. ¡De tal sentimiento, tal resultado! Por lo tanto, aquellos que desean el amor de Dios deben asegurarse de actuar de modo apropiado. Para recibir el amor de Dios, díganse: “Estoy haciendo este trabajo como ofrenda a Dios”. Instalen este sentimiento en su corazón, y hagan lo que quieran hacer o lo que tengan que hacer. Empero, antes de apresurarse a adoptar este plan de acción, hagan una pausa, reflexionen y asegúrense de que realmente Dios se sentirá complacido con lo que están tratando de ofrecerle. (“Lluvias de verano” 24 de mayo de 2000)