Si pueden comprender la fuerza y el poder de la buena compañía, y la usan de la mejor manera posible, hay muchas posibilidades de que hagan grandes cosas. Las buenas personas pueden ser reconocidas por su pensamiento, palabra y acción amables. He aquí un pequeño ejemplo: si un trozo de negro carbón se pone junto a un rojo y brillante fuego, también comenzará a brillar la zona a lo largo de la cual ese negro carbón esté en contacto con el brillante fuego. El negro carbón es la ignorancia de ustedes. El rojo y brillante fuego es la buena compañía. Al unirse ambos, sólo se disipará aquella parte de su ignorancia que está expuesta a los efectos de la buena compañía; pero si emplean la práctica espiritual (el sadhana) como abanico para aumentar el área de contacto, entonces toda la región de la ignorancia se volverá brillante. Por lo tanto, no basta con estar en buena compañía. También deben desarrollar el sadhana del amor, y hacerse queridos por la gente buena. (Discurso, 24 de mayo de 1973)