La actitud del adorador y del adorado es la semilla de la devoción (bhakti). Primero, la mente del adorador es atraída por las cualidades especiales del objeto de la adoración. El adorador trata de adquirir estas cualidades especiales. Esta es la disciplina espiritual (sadhana). En las primeras etapas de la sadhana, la distinción entre el adorador y el adorado es completa, pero a medida que la disciplina espiritual progresa, este sentimiento disminuye y, cuando se alcanza el logro, ¡no hay ninguna distinción en absoluto! Cualquiera que sea el objeto de la adoración que uno haya captado y amado y buscado por medio de la disciplina espiritual, uno debe tener una fe firme en que el yo individual (jivatma) es el Señor supremo (Paramatma). Sólo hay un deseo adecuado para ser entretenido por el aspirante: la realización del Señor (Iswara Sakshatkara). No hay espacio en la mente para ningún otro deseo. -Prema Vahini, capítulo 39.