Cada segundo es el nacimiento de un nuevo año. La suma de los segundos forma minutos, los minutos horas, las horas días, los días meses, y los meses sumados conforman los años. Entonces, no hay ninguna santidad en particular relacionada con el comienzo o el final de un año. Hay gente que atribuye un significado especial a este día y especulan con que ocurra algún evento extraordinario o maravilloso. Ni la hora ni el día son causa de su felicidad o miseria. Sus propias acciones (Karma) del pasado son la causa tanto de la felicidad como de la miseria. Como es la semilla, es la planta y el fruto; no pueden ser diferentes. No malgasten su energía mental con especulaciones sobre lo que podría suceder. ¡Encarnaciones del Amor! Cuando las acciones que llevan a cabo son correctas y puras, solo obtendrán buenos resultados. Dios es el amo del tiempo. Él trasciende el tiempo. ¡Dios debe ser su prioridad! En el Año Nuevo cultiven amor puro, constante y desinteresado. (Discurso del 1 de enero de 2000)