Sea cual sea la actividad que realicen, debe estar fundada en el amor.
No hay vida (prana) sin amor. La vida sin amor no tiene ningún sentido. El sistema educativo debe ser transformado para desarrollar el principio del amor en el corazón. La verdad (Sathya) y la rectitud (Dharma) son reflejos del amor (Prema). Les otorgan la tan ansiada paz suprema (Prashanti). Si el amor brota de su corazón, eso es suficiente. Les brindará la salvación. En el Yuga Dwapara, las Gopikas le dijeron al Señor Krishna: -¡Señor! Derrama amorosamente el néctar de tu amor en nuestros corazones secos. Siembra las semillas del amor. ¡Que el amor se desborde de nuestros corazones!-
Sinceramente le oraron a Krishna para que colmara los deseos de sus corazones. Para que el mundo prospere, la lluvia del amor debe derramarse sobre todos los corazones. Sathya Sai Baba. (Discurso del 27 de enero de 2004)
