Hay cinco requisitos para desarrollar la auténtica devoción. La primera cualidad es la Dedicación (ofrendar todo a Dios). El egoísmo es el obstáculo para desarrollar un espíritu de dedicación. Se manifiesta en diversas formas de orgullo: orgullo de la fuerza física, orgullo intelectual, la arrogancia de la riqueza y así por el estilo. Sin embargo, como todo esto es transitorio y puede perderse en cualquier momento, no es sabio hacer del cuerpo, la mente ni las propiedades la base de nuestro envanecimiento. Por lo tanto, se debe renunciar al egoísmo como primera ofrenda a Dios. A continuación, la devoción debe considerarse una expresión de gratitud por todo lo que recibimos de la Providencia: el aire que respiramos, la luz y el calor que obtenemos del sol, el agua que bebemos y el alimento que consumimos. Todas las necesidades esenciales de la vida se obtienen por gracia de Dios. La expresión de la gratitud a través de la devoción es una obligación primordial. Todo lo que se hace en materia de bhajans, japa, meditación y oración debe ser hecho en un espíritu de gratitud. Sathya Sai (Discurso, 17 de febrero de 1989)
