Dios nos ha dado el nacimiento como seres humanos para nutrirnos y cuidarnos los unos a los otros. ¿Para qué son las relaciones como hermanos y hermanas? No son meramente para la división de bienes y riquezas. Estas relaciones son para desarrollar el amor y compartirlo los unos con los otros. Las verdaderas relaciones son aquellas que comparten amor entre sí. Las relaciones mundanas carentes de amor son inútiles. Aquellos que son fuertes y poderosos deben proteger a los débiles e indefensos. Cuando vean a alguien en problemas, muéstrenle bondad y traten de enjugarle las lágrimas. Esto es verdadera compasión. Esta compasión es rectitud; es amor. Cuando expandimos nuestro amor, podemos brindar felicidad al mundo entero. Por lo tanto, desarrollen amor. Si se encuentran con un hombre pobre, una persona enferma o alguien en problemas, denles la ayuda que puedan. Cuando extienden su ayuda a tales personas, Dios derramará Su amor sobre ustedes (Discurso del 27 de enero del 2007)