¡Encarnaciones del amor! El Año Nuevo no trae nuevos principios de verdad y rectitud. Estos son invariables y eternos. Cuando sean practicados, el mundo entero será atendido. En consecuencia, debemos tener siempre en mente estos dos principios. Para el hombre, la verdad y la rectitud son como sus dos ojos. De hecho, son realmente sus principios vitales. Puede emprender cualquier actividad, puede realizar cualquier trabajo o negocio, pero debe mantener la verdad y la rectitud como trasfondo de todos sus empeños. El hombre tiene que emprender un nuevo camino. Han pasado los años, pero el hombre no ha abandonado sus viejos sentimientos mezquinos. Tiene que purificar su corazón. La humanidad solo florecerá cuando haya una transformación en el corazón. No es suficiente con vestir ropa nueva; el hombre tiene que cambiar su carácter y comportamiento. Su conducta debe basarse en la verdad y la rectitud. (Discurso, 14 de abril de 2003)