La aflicción o la alegría son la imagen de la actividad que uno realiza. ¡Son el eco, la reflexión y la reacción! El alma individual puede ser el testigo sin involucrarse con lo bueno y lo malo de la actividad. Cuando uno se involucra, habrá de experimentar lo bueno cuando se ha hecho el bien, y lo malo, cuando se ha hecho el mal. El Vedanta afirma que el alma individual es, por su propia naturaleza, pura e inmaculada. Esta es la doctrina aceptada por el pensamiento Bharatiya. Pero esta verdad ha sido cubierta por la ignorancia y la negligencia, por lo que la ilusión (maya) contamina la experiencia y la sombra de la ignorancia engendra el mal. Pero cuando se realiza una actividad beneficiosa, las nubes de la ilusión se dispersan y se realiza la realidad del Ser. Todos los seres, todas las almas, son puros por su propia naturaleza. Las buenas acciones eliminan las manchas de las malas acciones y preservan esta pureza esencial. Entonces, el alma es conducida por el camino hacia Dios. ¡El anhelo que conduce a Dios transformará los pensamientos, las palabras y las acciones del individuo! Sathya Sai Baba (Sathya Sai Vahini, Capítulo 8)