La riqueza material produce no solo alegría, sino también pena. La acumulación de riquezas solo conduce a una alternancia entre alegrías y penas. El apego es la causa fundamental tanto de la alegría como de la pena; el desapego es el salvador. El apego (ashakti) es la muerte (maraka), el desapego (anashakti) es el salvador (tharaka). Un millonario paga sus impuestos con lágrimas en los ojos; un director entrega alegremente el mobiliario y los enseres de laboratorio de su escuela, cuando es trasladado a otro sitio. ¿Por qué? Porque el director sabe que es solo el encargado, no el propietario. No está apegado a esos artículos; sabe que pertenecen al gobierno. Así también, sientan ustedes que su familia, su casa, sus terrenos, su automóvil, etc., son todos propiedades del Señor, y que ustedes solo son los depositarios; estén dispuestos a entregarlos sin una queja, con apenas un momento de pre aviso. (Discurso, 19 de agosto de 1964)