Mensaje de la Pizarra de Prashanti Nilayam de 4 de noviembre de 2019

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Las pruebas son evidencia de la gracia, no de la ira. El aspecto terrible de Dios no es, en esencia, terrible. Se describe a Dios como Raso vai sah: Él es la dulzura misma. ¿Cómo puede la dulzura volverse amarga? La Divinidad es un espejo inmaculadamente limpio; en él ustedes ven su propio reflejo. Si tienen propensión al terror, el reflejo que ven les produce terror. Si tienen propensiones serenas e inocuas, el reflejo será tierno y suave. No culpen a la Divinidad, como hace la mayoría. Cuando todo anda bien, dicen que Dios está muy cerca de ustedes; cuando algo sale mal, dicen que Dios los ha abandonado y se ha ido lejos. Él nunca se desplaza, ni lejos ni cerca. La distancia entre Él y ustedes es exactamente la misma que hay entre ustedes y Él. Él está en todas partes. Está siempre en su corazón. Reconózcanlo allí; percíbanlo como lo más inmediato y cercano a ustedes. Él es su propio Sí Mismo, ni terrible ni tierno; simplemente «es». (Discurso, 30 de mayo de 1974)