Tal vez ustedes tengan ante sí una foto de Sai Baba, o una imagen en metal, o un ídolo en piedra. Pero si tienen fe en que Él está vivo y presente en todos, y está en su corazón y en el corazón de todos los seres, entonces tendrán el éxtasis de saber que Él es omnipresente, omnisciente y omnipotente. La Divinidad es un vino que los embriagaría. Es producido por el néctar que satura al nombre del Señor. Pruébenlo, y olvidarán todo lo demás; serán transformados. Ramakrishna solía llorar de pena por la pérdida de otro día sin la visión de la Madre Divina. Tengan ese anhelo; sientan esa sensación de urgencia. Busquen conocer ya, ansíen ese éxtasis en este preciso momento, no lo pospongan ni pierdan el tiempo evaluando otros. ( Discurso, 4 de febrero de 1973)