Cierta vez Krishna fingió tener un insoportable dolor de cabeza. Vendado en la cabeza y los ojos enrojecidos, con paños calientes, Él se revolcaba sin descanso sobre la cama. Las reinas Rukmini y Satyabhama probaron muchos remedios que fueron infructuosos. Junto con Narada, cuando consultaron al mismo Señor Krishna, ¡Él los mandó a traerle el polvo de los pies de un verdadero devoto! De un santiamén, Narada mismo se presentó ante algunos célebres devotos, pero eran demasiado humildes para ofrecer el polvo de sus pies, ¡para ser usado como remedio para el Señor! Desconsolado regresó Narada. Krishna preguntó: «¿Has preguntado a las Gopis?» ¡Narada se apresuró con desconfianza! Cuando las Gopis escucharon, sin pensarlo, ¡sacudieron el polvo de sus pies y le llenaron las manos! Antes de que Narada llegase a Dwaraka, el dolor de cabeza de Krishna ¡había desaparecido! El Señor interpretó este drama de cinco días para enseñar que la auto condena es también egoísmo y cuando el ego se va, no te sientes superior ni inferior, y que un devoto debe obedecer la orden del Señor sin demora. Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, Divino Discurso del 7 de julio de 1963