La determinación para alcanzar bienaventuranza y paz (ananda y shanti) no debería parpadear como la llama de una lámpara colocada en el vano entreabierto de una ventana. Deben aprender a conseguirla de las escrituras o de los sabios que las han ganado. Entonces adhiéranse al camino, sin importar cuán agudas sean las críticas, y quienes los condenen insensible y cínicamente. La risa cargada de cinismo no debería lastimar a un aspirante. ¿Acaso una tormenta puede sacudir al Himalaya? No dejen que la fe en la meta tiemble ante los problemas, pruebas, esfuerzos, penurias, angustia y desesperación. Son solo nubes pasajeras, arrojando sombras temporales, escondiendo la gloria del sol o la luna por un corto tiempo. Nunca se dejen distraer por la duda o el desaliento. Construyan la mansión de su vida sobre los firmes pilares de rectitud, prosperidad, deseo y liberación (dharma, artha, kama y moksha) las metas del esfuerzo humano (Purusharthas) legadas por los antiguos sabios. Cada pilar está ligado fuerte y seguro con cada uno de los otros. Nunca permitan que estos se inclinen o tambaleen, ¡al igual que muchos individuos, comunidades y naciones lo están haciendo ahora!. Discurso del 23 de marzo de 1966