El estudio de las escrituras puede reforzar las ansias espirituales que ya existen en ustedes e inducirlos a practicar los preceptos. No traten al aprendizaje que deriva de ello solo como alimento para el cerebro. Debe ser sublimado en bienaventuranza (ananda) para el individuo. Los rasgos malvados como la envidia, la ostentación y el egoísmo, deben ser expulsados del individuo. La fuente de la sabiduría es el Guru, el alma (Purusha) latente en ustedes. Este tesoro espiritual también se puede obtener de otros. Sin embargo, el dador deberá poseer el logro supremo y el receptor deberá poseer el mérito especial que este logro exige. La semilla puede tener vida en ella, pero la tierra debe ser arada y preparada para activarla. Cuando se cumplen ambas condiciones, la cosecha del éxito espiritual está asegurada. Recuerden: ¡el verdadero Guru les roba el corazón, no su riqueza! “Sathya Sai Vahini”, Capítulo 13.