El éxito de ustedes en el Sadhana depende del autocontrol y el control de los sentidos. ¿Acaso no hallan muy beneficiosos estos controles, aun para ejecutar con éxito las tareas mundanas de cada día? La mayoría de los seres vivientes desarrollaron el discernimiento por necesidad, para la supervivencia. Pero en los humanos ha llegado a ser una habilidad altamente desarrollada. Hay que usar esta habilidad para separar la paja del trigo, y decidirse por el camino constructivo de la verdad y la rectitud. Sin limpiar la mente de sus malos pensamientos y bajos deseos, ¿cómo podrían lograrse buenos resultados en la meditación o la adoración? La comida cocida en recipientes sucios no es apta para el consumo. De la misma manera, la principal necesidad para el progreso en la práctica espiritual es una mente pura, libre de malos pensamientos y sentimientos. El trabajo resulta purificado con una actitud de adoración. Dediquen a Dios todas sus actividades; así no serán distorsionadas y degradadas por el ego. Cada uno de ustedes debe ser continuamente muy disciplinado; esto los mantendrá en el recto camino. (Discurso, 12 de abril de 1981)