La tentación de ignorar la acción correcta (el Dharma) surge del egoísmo; el deseo de satisfacer los deseos más bajos, es la causa fundamental del Adharma (acción incorrecta). Este deseo se apodera de ustedes solapadamente y en silencio como un ladrón en la noche, o como un compañero que viene a salvarlos, como un sirviente que viene a atenderlos o como un consejero que viene a advertirlos. Oh, ¡la maldad tiene mil trucos para capturar su corazón!. Estén siempre alertas contra este tipo de tentación. El deseo provoca una fisura en su conciencia, entra y se establece, se multiplica y devora la personalidad que han construido con laborioso cuidado a lo largo de los años. Luego, captura su corazón y ya no tienen el control: se convierten en títeres manipulados por sus propios enemigos internos. Y ¡cada vez que intentan reconstruirse, esos enemigos socavan sus intentos y ustedes tienen que empezar todo de nuevo!. Por lo tanto, ¡estén alertas para así resistir a la primera tentación de ignorar el Dharma! Discurso del 15 de abril de 1964.