En la actualidad, las personas no están haciendo un uso apropiado de su mente (mati), esfuerzo (gati), posición (stiti) y riqueza (sampatthi). Como resultado de esto, están perdiendo la energía sagrada con que Dios las ha bendecido. No sólo esto, la gente está sujeta a la miseria y al dolor debido a sus malas cualidades, tales como el deseo, la ira y la codicia. No tienen absolutamente ningún control sobre sus deseos. Cuando se cumple un deseo, ansían otro. La ira es otro rasgo maligno que arruina a la gente. El odio es más peligroso que la ira. Hace surgir muchas malas cualidades que obstruyen la experiencia de la Divinidad. Se supone que los seres humanos vivan cien años, pero la duración de su vida se ve acortada por estas malas cualidades. Cuando estos rasgos malignos son totalmente subyugados, uno puede disfrutar de una larga y feliz vida. Uno no perderá la vida aun si tuviera un accidente grave. Discurso del 10 de septiembre de 2002.