En el Treta Yuga, el hermano de Ravana, Vibhishana, no pudo soportar las malas acciones que Ravana estaba cometiendo.Oponiéndose a estas acciones, procuró corregir a Ravana de todas las maneras posibles. Pero cuando sus esfuerzos fracasaron y ya no tuvo otra alternativa, buscó refugio a los pies de la encarnación del Dharma, Sri Rama. El principal ofensor era solo Ravana. Pero en la guerra contra Rama, todos los rakshasas que lo apoyaron o se unieron a él, perecieron con él. Pagaron el castigo por haber respaldado su crimen. Quienquiera que cometa una ofensa, ya sea un hijo, una hija, una esposa, un pariente o un socio, uno estará libre de la mancha de ser cómplice del crimen solo si se opone a la acción incorrecta y trata de corregir genuinamente al ofensor. Si, por el contrario, le permite o lo alienta a hacerlo, será culpable de complicidad y experimentará los frutos de su acción. Discurso Divino del 11 de octubre de 1986