Aprendan a vivir en armonía y unidad. La aldea (sociedad) es para los aldeanos (miembros de la sociedad) lo que el cuerpo es para el individuo. Cada órgano en el cuerpo funciona en cooperación con cada otra parte del mismo. Si el pie pisa una espina, el ojo siente el dolor y derrama lágrimas. Si el ojo nota una espina o piedra en el camino, advierte al pie para que la evite. Los aldeanos deben desarrollar el mismo sentido de unidad y compartir sus alegrías y problemas como un cuerpo orgánico. No hay nada que ustedes no puedan lograr con la unidad como su fuerza. Con pureza y unidad, pueden revelar su Divinidad y desarrollar genuina devoción a Dios. Deben colmar sus corazones de amor y hacer que sus vidas sean sagradas y llenas de propósito. Si todos trabajan en este espíritu de unidad y caridad, la aldea se convertiría en un modelo para todas las demás. Discurso Divino del 22 de mayo de 1986.