¡Queridos gurúes Balvikas! Cuando enseñen a los niños, deben recordar que están dedicados a una noble tarea por el bien de los niños confiados a su cuidado. Cuando eduquen a los niños deben sentir que están educandose a sí mismos. Por ejemplo, cuando imparten algún conocimiento a los niños, mejora su propia comprensión del tema. Incluso cuando estudian en libros para enseñar a los niños, también ustedes obtienen felicidad del estudio. Por lo tanto, deben tener siempre el sentimiento de que todo lo que hacen por los demás es en realidad un servicio realizado a la Divinidad que reside en cada uno. Cuando los maestros cumplen con su deber en este espíritu, están infundiendo en los niños el espíritu del amor universal. Recuerden que los niños tienen corazones tiernos y mentes inocentes. El mundo tendrá paz genuina solo si ustedes llenan el corazón de los niños con amor. (Divino Discurso, 30 de diciembre de 1983)
— BABA