Los gurúes Balvikas deben mantener sus emociones bajo control, sin exhibir depresión, desaliento ni una voluntad caprichosa. La calidad de su trabajo es más importante que la cantidad, de modo que no se comprometan a hacer más de lo que pueden realizar satisfactoriamente. Que su propia conciencia sea su juez, y decida si están cumpliendo su tarea lo suficientemente bien para los niños y la sociedad. Puede que al dictar las clases enfrenten diversos problemas; resuélvanlos con discernimiento y un profundo amor. Afróntenlos con el deseo de servir mejor a los niños, y serán capaces de superarlos fácilmente. Gradualmente se darán cuenta de que Balvikas está diseñado no solo para la educación de los niños sino también de los gurúes. Las tareas Balvikas elevarán y sublimarán los pensamientos y emociones de los gurúes, en mayor medida que cualquier otra disciplina espiritual. Recuerden que como gurúes, ustedes también tienen un gurú que los guía y supervisa su Seva. Los gurúes también son alumnos, aprendiendo de su Omnisciente Gurú las lecciones de igualdad, ecuanimidad y amor desinteresado. (Divino Discurso, 6 de junio de 1978)
— BABA