Industrial, agrícola, mercantil, político y administrativo, son como los cinco aires vitales que sustentan nuestras actividades. Estos deben trabajar al unísono, movidos por el amor y el respeto mutuo. Solo así puede la comunidad tener paz, seguridad y felicidad. Lamentablemente, esta cooperación no es visible en la actualidad. Los intereses partidistas, por el contrario, son predominantes, y la lucha competitiva se halla en todos los campos. La emoción ciega a la razón. La pasión, la violencia y la crueldad crean más problemas, sin resolver ninguno, y están ahora inundándolo todo, como un diluvio. Personas sin entrenamiento, sin un sincero anhelo por aceptar responsabilidades y cumplir con las obligaciones de una función, son elevadas a posiciones de autoridad. La capacidad, la voluntad de cumplir con el deber y de soportar cargas. son las características que otorgan el derecho a ejercer autoridad sobre los demás. El poder que la función otorga debe ser manipulado con gratitud y reverencia. Si cada trabajador y cada funcionario recuerdan y practican esto, su trabajo brindará felicidad, contento y paz, tanto a ellos mismos como a la sociedad de la cual son miembros. (Divino Discurso, 1 de enero de 1971)
— BABA