El estudio de los Upanishads y Shastras (ciencias espirituales) y la recitación de los nombres de Dios pueden ser buenos actos en sí mismos. Pero, si no hay amor, que es la base de toda disciplina espiritual (sadhana), no sirven para nada. Son como suero de leche. Pero el amor de Dios es como la leche bien hervida; contiene todas las proteínas y vitaminas. El amor refuerza las energías físicas, mentales y espirituales. Los actos devocionales sin amor son como suero de leche diluido en el que no hay nutrientes. meditación (Dhyana) y repetición del santo nombre(japa) sin amor son rituales sin vida. El amor que se expresa en el servicio a todos los seres vivos es la mejor expresión del amor de Dios. No hay verdadera devoción sin tal amor. Es el amor que no cambia y al que no le importa ningún sacrificio en el servicio a los demás. Discurso de 5 de febrero de 1984.