( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 06 cap. 35 )
Los párpados y la pupila
22 de Febrero de 1968
Prashanti NilayAm
Me complace que se les entreguen hoy los premios a los estudiantes que manifestaron entusiasmo en el servicio social, en la reverente humildad, en la observancia de las reglas disciplinarias y en los logros escolares. La capacidad para ganar tales premios es un buen fundamento para una carrera útil y eficiente más tarde. La educación no es la adquisición de pesada información sobre objetos y hombres; es la conciencia del espíritu inmortal interno que es la fuente de alegría, paz y valor. Aquí estudian los Vedas, los Shastras y los Puranas y en consonancia con las enseñanzas contenidas en ellos, también reciben instrucción en yoga y en meditación. Crecer en esta atmósfera en Prashanti Nilayam, aprendiendo esos temas básicos para adiestrarlos para una vida buena y sencilla, es una gran fortuna para ustedes. Y en verdad sus padres también son afortunados. En este país hay alrededor de cinco a seis hijos en cada familia; entre esos millones de niños, sólo estos pocos han obtenido esta gracia. Eso es algo de lo cual todos pueden congratularse.
La vida debe vivirse acumulando y salvaguardando las virtudes, no las riquezas. Escuchen y reflexionen sobre las historias de los grandes héroes morales del pasado para que sus ideales puedan imprimirse en sus corazones. La virtud escasea hoy en día en el individuo, la familia, la sociedad, la comunidad, en todos los campos de la vida, tanto económica, como política y aun espiritual, y, por ende, hay una declinación en la disciplina, que es la base sobre la cual crece la virtud. A menos que cada uno sea respetado, no importa su estado, su condición económica, su desarrollo espiritual, no puede haber paz ni felicidad en la vida. Este respeto puede ser alentado sólo por la convicción de que la misma Alma que está en ustedes está desempeñando el mismo papel en la otra persona. Vean esa Alma en todos; sientan que ellos también sienten la misma hambre, sed, anhelo y deseo que ustedes tienen; desarrollen la fraternidad y la ansiedad de servir y ser útiles.
A esta Prashanti Nilayam vienen personas de todas partes del mundo, de todos los niveles sociales, con toda clase de problemas, afligidas por todas las formas de dolor o angustia, inspiradas por todas las variedades de impulsos. Como estudiantes de la Escuela Védica, ustedes deben ser ejemplos brillantes de humildad y reverencia ante ellos. Deben, por su comportamiento, dar buen nombre a sus padres, que oran para que sus hijos vivan sin aflicción ni deshonra. Hacerse ricos es sólo un logro banal; también lo logran los que comercian en el mercado negro y los ladrones. Vivir sin sufrir ni hacer sufrir a otros es más importante y más noble. Deben hacer de su cuerpo, del tiempo y de sus deseos, instrumentos para su elevación, no para su caída.
En los próximos días saldrán a todos tos rincones de esta tierra a despertar el hambre espiritual entre la gente y a proveer los medios para apaciguarla. La atmósfera en la cual están realizando sus estudios es muy apropiada para el adiestramiento necesario para este papel. Tienen como maestros a pandits (filósofos) que han renunciado a su hogar y que están felices con el servicio que tienen el privilegio de prestar. Tienen maestros de los Estados Unidos y del norte de la India, llenos de fe y devoción. Los miran a ustedes como a sus propios hijos, confiados a su cuidado por mí, y así, ¡los cuidan como los párpados cuidan a la pupila! Demuéstrenles su gratitud; ustedes tienen con ellos una gran deuda, la deuda de los hijos con la madre.
Tienen la valiosa oportunidad de escuchar mis discursos y mis instrucciones. Han sido impresos en sus corazones; ustedes hablan de ellos; su conversación se centra en mí, mis palabras, mis actos, mis milagros y mi gloria. Cuando van a sus pueblos, comparten la dulzura de esta experiencia con los jóvenes compañeros que han dejado allí.
Mi consejo es: apliquen esta adoración a la vida. Muestren a sus compañeros aquí y en sus pueblos cuán disciplinados son, cuán sinceramente obedecen a sus padres, cuán profundamente reverencian a sus maestros. Sean una luz, una lámpara que irradie virtud y autocontrol en el pueblo. No se permitan caer en la indisciplina, las malas maneras, la irresponsabilidad y los malos hábitos. Compórtense en su pueblo, o dondequiera que se encuentren, de la misma forma loable que aquí. Levántense, allá también, en el Brahma muhurfa (periodo auspicioso para meditar en Brahman, de las 4:30 a las 5:15 a.m.), reciten el Cm, aun si no tienen ningún grupo a su alrededor, repitan el Suprabhatam, (oración entonada antes del amanecer) siéntense algún tiempo inmersos en meditación, hagan los ejercicios de yoga de salutación al sol; canten bhajans (cantos devocionales) cuando la hora les recuerda que se están cantando bhajans en Prashanti Nilayam. Entonces estarán llevando la sagrada atmósfera de Prashanti con ustedes; sus padres se alegrarán y los mayores aprenderán de ustedes la disciplina que confiere concordia y valor.
No se quejen de la comida; lo que sus padres les den, cómanlo con placer. No protesten por cualquier mandado que se tes encomiende; corran con alegría a cumplirlo. Cuando ellos deseen que los cuiden, háganlo con alegría e inteligencia, felices de tener esa oportunidad. Así deben vivir, aquí y en todas partes, ahora y siempre, para que yo, que los veo y conozco todos sus pensamientos, palabras y acciones, pueda derramar cada vez más mi gracia sobre ustedes.
Prashanti Nilayam