La muerte, un viaje bienvenido (23/02/1968)

661

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 06 cap. 36 )

La muerte, un viaje bienvenido

23 de Febrero de 1968

Prashanti NilayAm

Esta conferencia de funcionarios de las Organizaciones Sathya Sal de Andhra Pradesh no se lleva a cabo en la capital del Estado; al contrario de otras conferencias similares de otros Estados, que se realizaron en las capitales como Bombay y Madrás, ustedes tienen el privilegio de reunirse en la propia Morada de la Paz Suprema (Prashanti Nilayam). Esto debe recordarles que la tarea que han emprendido consigo mismos es la de transformar a sus propios pueblos en Prashanti Nilayam después de hacer lo mismo con sus propios corazones.

Éste es el mensaje de la Sabiduría Eterna (Sanathana Dharma), la meta hacia la cual llevan todos los esfuerzos espirituales. Los sabios de la India abandonaron los caminos de la pompa superficial y de la seguridad temporal para buscar ganarse la paz interna y la felicidad duradera. Descubrieron que éstas pueden obtenerse sólo sacando la savia de la vida por medio de las raíces de la propia realidad interna, llamada Atma, el Alma. Aunque esta lección que les fue revelada por Dios ha sido y es repetida, comentada y propagada durante todos estos siglos por incontables estudiosos, poetas y conferencistas, muy pocos la aceptan como la base de la vida. Miles de millones en toda la Tierra recitan el Nombre de Dios, pero pocos tienen fe firme; pocos buscan la bienaventuranza que puede conferir la contemplación de la gloria de Dios en el interior (el Alma). Lo hacen por hábito o por conformidad social o para ganarse una reputación de religiosidad. Por lo tanto, la repetición del Nombre no cura el dolor ni la aflicción ni la codicia.

Los pandits (filósofos) que han aprendido los antiguos textos que contienen la sabiduría del Alma (Atmavidya) no ponen en práctica lo que repiten oralmente; no tienen ninguna fe en las afirmaciones que se hacen en los Vedas, el cáncer de la duda ha minado su actitud reverencia) ante estos grandes textos. No aseguran la continuidad de los estudios védicos iniciando a sus hijos en ese conocimiento. Desvalorizan los Vedas rebajándolos a medios para ganarse algunas rupias, y cuando no obtienen dinero a través de ellos, se decepcionan; envidian a aquellos que siguen vocaciones seglares. Pero si sólo desarrollaran un poco de fe, los Vedas mismos los ayudarían y les asegurarían una vida feliz y contenta.

El insecto en la hoja es tragado por la lengua de la rana; la rana es atrapada inconscientemente por las fauces de la serpiente; la serpiente es matada por el pavo real; el pavo real es matado por el cazador. Un ser viviente es alimento para otro; la muerte está al acecho en todo momento, día y noche. El hombre es acechado sin cesar por la muerte, que puede saltar sobre su presa en cualquier momento. No está consciente de este acompañante; no ha aprendido a enfrentarse a él, quien le roba el fruto de sus hazañas. El Alma no muere; sólo el cuerpo. Cuando el hombre se percata de esto, la muerte pierde su fuerza y ya no es temida sino acogida como un simple viaje a puerto desconocido.

Dasarata estaba tan enamorado de su joven reina, Kaikeyi, que le prometió otorgarle dos dones, cualesquiera que fuesen, cuando ella lo deseara. Esto fue una tontería; ¿quién podía decir lo que ella pediría y cuándo? Puso al emperador Dasarata totalmente a merced de su capricho. ¡Y qué monstruoso capricho tuvo! En el mismo momento en que Rama se acercaba al trono para su coronación como príncipe regente, ella hizo dos exigencias: que su hijo, Bharata, fuera coronado en lugar de Rama, y que éste fuera enviado al exilio a la selva por catorce años. El enamorado rey tuvo que acceder, y el dolor de la separación de su amadisimo hijo lo mató una vez que Rama se hubo ido. La preocupación por la felicidad que se obtiene de objetos externos y de personas fue lo que causó su muerte. Todos los hombres son Dasaratas; están enamorados de la felicidad derivada de cosas externas a ellos, inmersos en objetivos materiales y sensuales, y se ganan la recompensa del dolor y la muerte.

Las Organizaciones que llevan mi nombre no deben usarse para darme publicidad o para crear un nuevo culto alrededor de la adoración de mi persona. Deben tratar de difundir el interés en la repetición del Nombre Divino, la meditación y otras prácticas espirituales que llevan al hombre a Dios; deben demostrar la alegría que se puede derivar de los cantos devocionales y de la recordación del nombre, la paz que se puede lograr de la compañía de los buenos. Deben hacer servicio a los desvalidos, enfermos, afligidos, analfabetos y necesitados. El servicio que se les haga no debe ser exhibicionista; no debe buscar ninguna recompensa, ni siquiera gratitud o agradecimiento de los que lo reciban. El servicio es una práctica espiritual, no un pasatiempo para ricos y pudientes. Cada uno debe conocer su propia verdad. Ése es el propósito de toda la enseñanza, de toda la curación, de todos los consejos, de toda la organización que hago.

La sangre en el cuerpo es la misma en todos los miembros, pero el ojo tiene una función que sólo él puede ejecutar, y la oreja tiene otra; la sal que la lengua recibiría con agrado, arde cuando es puesta en los ojos. Ésta es la base de la organización de las varias divisiones de la vida, la asignación específica de deberes y obligaciones de acuerdo con las destrezas y aptitudes heredadas, así como la prescripción de deberes y obligaciones de acuerdo con el progreso en edad y logro espiritual. Estas instituciones son necesarias para regular la conducta y limitar las emociones y pasiones y así asegurar el contento y la paz; pero deben estar impregnadas de amor y respeto mutuo. Desarrollen amor, derramen amor, cosechen amor. No hay religión más elevada que ésa. Éste es el servicio más noble.

No funden una Organización Sathya Sai para complacer a alguien o a instancias de otros. Puesto que sólo los funcionarios están invitados a asistir a la Conferencia Mundial en Bombay el próximo mes de mayo, no permito que nadie abra un Centro ahora, autonombrándose dirigente para poder asistir a la Conferencia. Las unidades deben ser comenzadas sólo cuando haya una verdadera necesidad, un anhelo entre las personas. No dejen que los hagan objeto de burla al organizar ustedes un grupo de bhajans (cantos devocionales) en el cual no participen. Si realmente sienten que los bhajans son la mejor de todas las actividades, formen un grupo; de otra forma, dejen las cosas como están.

Ahora, ustedes y yo debemos reunirnos con los devotos de sus pueblos que han hecho una guirnalda de prácticas espirituales para mí. No tengo ningún apego ni ninguna aversión particular para nadie. Soy como el ventilador eléctrico que ven aquí; lo encienden y obtienen la brisa; lo apagan y no hay brisa. El ventilador no tiene ningún apego ni rechazo. No digan una cosa delante de los demás y otra cosa detrás de ellos; esto es malo para un organizador. Sean justos, sean fieles, sean respetuosos, sean firmes en sus convicciones. Entonces tendrán mis bendiciones para todo lo que emprendan.

Prashanti Nitayam