Discursos dados por Sai Baba
{SB 29} (53 discursos 1996)
44. 08/09/96 Veda y Vedanta
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 29 cap. 44 )
Veda y Vedanta
8 de Setiembre de 1996
Uno puede haber dominado los Vedas, o puede ser un escritor versátil; sin embargo, sin pureza de mente, se entregará a malos hábitos.
¡Escucha este buen consejo, oh hijo de Bharat! ¡Encarnaciones de Amor! Shankara propagó el punto de vista de que los Vedas sostienen el dualismo, Dhvaitha, y el Vedanta enseña el no dualismo, Adhvaitha, sobre la base de citas tomadas de las Escrituras. La diferencia entre los Vedas y el Vedanta es como las diferencias entre los distintos órganos de un mismo cuerpo. Los ojos, las orejas, la nariz, los brazos y los pies son diferentes partes del cuerpo. El individuo es un miembro de la sociedad. La sociedad es un miembro de la humanidad. La humanidad es una parte de la Naturaleza o mundo fenoménico. La Naturaleza es un miembro de Paramathma (el Ser Supremo). En Kasi (Varanasi), en la asamblea de eruditos, se debatían apasionadamente muchos temas filosóficos.
Divertido con este espectáculo, Shankara observó: “Vadhe Vadhe Vardhathe Vairam” (La enemistad crece con la controversia). Las disputas continuas sólo dan por resultado un rencor creciente entre quienes disputan. La argumentación no es el método apropiado para resolver temas espirituales.
El dualismo de los Vedas El hombre está obligado a resolver problemas en la vida. En la existencia cotidiana, el hombre jamás estará libre de la preocupación.
Desde el nacimiento hasta la muerte, el hombre es confrontado continuamente con preocupaciones. La única salida es que la gente desarrolle amor por Dios. El amor es el remedio supremo para todos los males.
Sin embargo, los Vedas no han dado suficiente importancia a este amor. Su énfasis reside más en Asayam (la aspiración) que en Anubhavam (la experiencia). Hay innumerables eruditos Védicos que recitan los Vedas sin cesar. Todo esto es verbal y no tiene relación con la práctica activa. Esta actitud fue descripta por Shankara como Dhvaitha (dualismo). Todos los Mantras Védicos tenían la forma de plegarias solicitando favores (Yo quiero esto, yo quiero aquello). El deseo es la raíz del dualismo. Los deseos surgen debido al sentimiento de que existe el “otro”. El que desea y el objeto deseado son dos cosas separadas. El verdadero no dualismo es la extinción de esta separación mediante la unificación del sujeto y el objeto. El dualismo existe cuando el objeto deseado, por ejemplo, un pañuelo, es distinto de la persona que lo desea.
El no dualismo sólo puede ser experimentado El no dualismo es un estado de conciencia que sólo puede ser experimentado y no puede ser descripto en palabras. Con respecto a esto, el Adhvaithin es como un hombre mudo que ha disfrutado de una cena deliciosa pero no puede describir el gusto de los platos que ha consumido. Hay dos clases de pruebas para la existencia de algo. Prathyaksham (la percepción directa) y Paroksham (la prueba indirecta). La bienaventuranza derivada de la conciencia Adhváithica está más allá de las palabras. Sólo puede ser experimentada, pero no puede ser descripta ni explicada. En lo que se refiere a esto, si la prueba indirecta no existiera, la percepción directa sería imposible. Desafortunadamente, hoy las personas le dan valor sólo a la percepción directa y tienen escaso interés en la prueba indirecta. Ésta no es la actitud correcta. Por ejemplo, uno ve un bloque de hielo. Parece sólido, pero está totalmente formado por agua, que es un líquido. Así el agua, cuya presencia se infiere indirectamente, es la base del bloque sólido de hielo que se ve mediante la percepción directa. De este modo, se puede comprender que lo indirecto es la base de lo que se percibe directamente.
Del mismo modo, para este universo fenoménico visible, lo invisible es lo Divino. Al no reconocer esta verdad, los hombres se rigen por el concepto védico del dualismo, en lugar de reconocer la verdad de la doctrina Vedháantica del no dualismo.
El hombre pasa su vida inmerso en asuntos mundanos. Shankara dedicó su vida a señalarle a la humanidad la senda interna, que es más esencial. Su preceptor, Gaudapadha, le dio a Shankara toda la ayuda y el aliento. A pesar de su juventud, Shankara mostró gran determinación y convicción fuerte. Alos 16 años pudo convencer a los venerables pandits de Kasi, acerca de la validez de la doctrina Adhváithica.
¿Qué es Adhvaitha? La unidad de todo es Adhvaitha. Las Escrituras han declarado que el cosmos está saturado por lo Divino. El deseo de los devotos de adorar a lo Divino bajo diferentes formas y nombres es la razón de la existencia de los diversos credos y sectas.
La forma y la sustancia Un devoto rico, lleno de sentimientos dualistas, adoraba la forma de Krishna. Deseaba adorar regularmente un ídolo de Krishna. Hizo que un orfebre le fabricara con veinte monedas, un ídolo de Krishna, también cincelara una vaca de oro para que formase juego con el ídolo y luego un pavo real y una copa de oro para realizarle el abhishekam al ídolo, cada uno del mismo peso que el ídolo.
Solía realizar el abhishekam cada día y disfrutar de la adoración de Krishna. Pero llegó una época que trajo consigo una declinación de su fortuna y el hombre se encontró casi en la indigencia. Juntó todos sus elementos de adoración de oro y se los llevó a otro hombre rico para vendérselos. Los cuatro artículos fueron pesados y tasados en sesenta mil rupias cada uno. El viejo devoto no soportaba la idea de que su venerado Krishna fuera tasado al mismo precio que la vaca, el pavo real y la copa. Dijo que debía pagarse más por el ídolo de Krishna. El comprador dijo: “Señor, para usted la forma de Krishna es más preciosa que las otras. Pero para mí sólo cuenta el peso, no la forma”.
Lo que le ocurre al mundo de hoy es que los hombres le están asignando valor a las formas externas y no a la sustancia Divina común a todas ellas. Los cinco elementos que constituyen cada ser son Divinos. Aparte de los cinco elementos, no hay un sexto elemento. Las personas imaginan que hay un sexto elemento y van en su busca.
Este absurdo deseo es causa de gran parte de la infelicidad del hombre. Los deseos son inevitables. Pero debe haber un límite para ellos. En la historia de Midas, él oró y obtuvo el don de convertir en oro todo lo que tocara. Pronto descubrió que ni siquiera podía comer su alimento, ya que el mismo se convertía en oro en cuanto lo tocaba. Volvió a orarle al hada buena para que le quitara el don que le había dado.
Esta historia demuestra las graves consecuencias que traen los deseos insaciables. Quienes cumplan los mandatos Divinos serán felices y prósperos.
Por lo tanto, Shankara previno a la humanidad contra la búsqueda frenética de riquezas y exhortó a todos a reducir sus deseos.
(Swami cantó una canción Telugu. “Uno obtiene riquezas de acuerdo con su Karma. Por lo tanto, conténtense con lo que obtienen”.) Controlen sus deseos Controlen sus deseos. Cultiven amor por Dios. Ese amor les conferirá todo lo que necesiten. No hay necesidad de pedirle nada a Dios. “¿Acaso Él no le dio a Shabari lo que ella necesitaba sin que lo pidiera? ¿Acaso no bendijo con Su Gracia a Jatayu?”.
Dhasharatha había orado durante largo tiempo para que su hijo celebrara los ritos funerarios para él. Pero no lo consiguió, mientras que el ave Jatayu tuvo el privilegio de recibir sus últimos ritos de manos de Rama. Jatayu obtuvo la liberación después de recibir las gotas de agua salvadoras de manos de Rama. Shabari esperaba ansiosamente la llegada de Rama e hizo arreglos para darle la bienvenida y ofrecerle las frutas más dulces. La intensa devoción de Shabari obtuvo su recompensa.
Dios confiere Su Gracia de acuerdo con los merecimientos de cada uno. Lo Divino tiene la marca de Anugraha (la Gracia) y no de Agraha (la ira). Pero los devotos tienden a juzgar el modo de obrar de Dios, según sus predilecciones. Un hombre parado frente a un espejo verá reflejados sus estados de ánimo en el espejo.
Es imposible escapar del Karma Nadie puede escapar de las consecuencias de sus acciones, cualesquiera que sean los esfuerzos que realice para alejarse corriendo de ellas. (Swami cantó una canción con el refrán “Karmadhatha vasama, naruda”: ¿Acaso es posible escapar del Karma, oh hombre?). Así como sean sus acciones, serán las reacciones.
En el contexto cósmico, la naturaleza es el espejo. Dios es el espectador. Todo lo reflejado en la naturaleza es Divino. Sólo el Uno existe. El objeto y la imagen aparecen debido a la presencia del espejo.
Cuando no hay espejo no hay imagen. Éste es el misterio relacionado con la naturaleza y las maravillas del Señor. Las glorias del Señor son múltiples y prodigiosas, más allá de toda descripción.
La aritmética de Dios es distinta de la del hombre. Por ejemplo, cuando un espejo es colocado ante ustedes, tienen tres entidades.
Ustedes, el espejo y la imagen. Cuando quitan el espejo, según la aritmética ordinaria, tres menos uno debería ser dos. Pero cuando se quita el espejo sólo ustedes permanecen. ¡Tres menos uno se vuelve uno! Muchas personas piensan y dicen: “El dinero brinda muchas, muchas cosas”. Pero Yo digo: “El dinero es la causa de muchos males”.
Sólo cuando se comprenda la distinción entre el punto de vista mundano y el punto de vista Divino, la gente aprenderá a hacer un uso correcto del dinero.
“Ustedes y Yo somos Uno” Éste es el significado distintivo del no dualismo de Shankara. Él relacionó las experiencias de la vida diaria con la doctrina de Ekathvam (la unidad espiritual). Lo Divino es uno, pero se lo adora bajo diferentes nombres y formas: Alá, Jesús, Buda, Zoroastro, Rama, Hari o Hara. Todos son lo mismo. Shankara no aprobaba que se describiera a Dios como madre, padre, etc. La relación entre Dios y el hombre es la unidad. “Ustedes y Yo somos Uno”.
Ésta es la esencia de la doctrina Adhváithica. Dicha conciencia de unidad puede proporcionar una dicha infinita, según Shankara.
Esta experiencia no llega fácilmente. Hay que realizar una indagación profunda y también practicar samskaras (disciplinas espirituales).
Cuando los samskaras conducen al refinamiento del espíritu, llega la experiencia de unidad con lo Divino. ¡Qué afortunado es aquel que obtiene esa experiencia! Nadie puede ser más afortunado.
Aquel que obtiene esta experiencia es el Señor del universo. Como Amo del Ser, él es el Señor del Cosmos. El Atma está presente en cada célula del cuerpo humano. Cuando esta verdad nectarina sea comprendida, el hombre no buscará lo efímero. Por lo tanto, todos deben buscar el néctar de la bienaventuranza Áthmica perdurable.
Shankara realizó todos los esfuerzos para propagar el mensaje Adhváithico al país entero y a cada persona, ya fuera rey o plebeyo, erudito o ignorante.
La promesa a su madre Shankara le había prometido a su madre que llegaría hasta ella en sus últimos momentos y llevaría a cabo sus ritos funerarios.
Siendo un ser puro y elevado, estaba decidido a cumplir su palabra.
Para los de corazón puro, la palabra dada ha de ser cumplida.
Además, lo que ellos digan, ocurrirá.
Lo Divino elige el tiempo y la situación para derramar Su Gracia y transmitir Su mensaje. En el caso de Arjuna, la guerra de Kurukshethra fue el momento correcto para que Krishna pusiera a prueba la fe total de Arjuna en Krishna y su merecimiento para recibir el mensaje del Geetha.
Discurso pronunciado en el Sai Kulwant Mandap, el 8-9-1996.
La verdadera fortaleza puede ser adquirida sólo a través del Amor. Todos los otros esfuerzos son fútiles. Por eso, sólo deberíamos tratar de obtener de Dios la fuerza del AMOR.
––BABA