El poder de la fe (5/1994)

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El poder de la fe

Trayee Brindavan

La fe total es sumamente esencial si quieren experimentar la Divinidad. No debe haber ni un ápice de duda. Quien vive sin fe en Dios es como un cuerpo sin vida. Relataré una historia para ilustrar el poder de la fe.

Un niño solía ir desde su aldea hasta la escuela situada en un pueblo vecino. Tenía que cruzar un bosque camino al pueblo. Generalmente él solía regresar a su hogar bastante antes del atardecer.

Un día, él tuvo que salir de la escuela al atardecer y oscureció. El niño tuvo miedo de cruzar el bosque en la oscuridad y le dijo a su madre que tenía miedo de caminar de noche sin compañía. Su madre le dijo: “¿Por qué tienes miedo? Cuando necesites compañía, grita llamando a tu hermano. Él te ayudará”.

El niño le preguntó: “¿Quién es mi hermano?”. La madre respondió: “Él no es otro que el Señor Krishna. Dios es madre, padre, maestro, hermano, pariente, amigo y todo lo demás. Cuando estés en problemas no dudes en llamarlo pidiéndole ayuda”.

El niño tenía plena fe en las palabras de su madre. En estos días, aunque Dios mismo lo diga, nadie le cree. Por eso Jesús declaró: “Si yo fuera un niño por un rato cada día, con plena fe en mi madre, ¡qué feliz sería!”.

Dios está buscando un verdadero devoto

Otro día el niño estaba regresando a su hogar desde la escuela tarde en la noche, en la oscuridad. Él gritó: “Anna Krishna” (Hermano Krishna). Después de unos momentos, Krishna apareció ante el niño en la forma de un muchacho y le dijo: “¿Por qué temes si yo estoy aquí? Te escoltaré a tu casa”. Acompañó al niño hasta las afueras de la aldea y desapareció. El niño le contó a su madre cómo su hermano lo había ayudado tal como ella había dicho. La madre dijo: “Él no sólo te ayuda a ti, sino a todos los que le piden ayuda”.

Desde ese momento, el niño solía llamar al hermano cada vez que necesitaba su ayuda y Krishna nunca dejaba de responder. Gradualmente el niño desarrolló valor.

Cuando tienen fe plena, Dios con seguridad los ayudará y los volverá intrépidos. Las personas que tienen fe en Dios nunca serán defraudadas. Sin embargo, los que no tienen fe sufren. No necesitan buscar a Dios. Es Dios quien está buscando un verdadero devoto.

La velocidad de la mente es incomparable. Es sólo debido a la falta de control mental que uno desarrolla mal humor, que causa falta de discernimiento y lleva a la ruina final. Es imperativo controlar el temperamento y evitar enojarse.

Quien cede a la ira está destinado a sufrir

Permítanme citar un incidente de la vida de Babu Rajendra Prasad, el primer presidente de la India.

Rajendra Prasad tenía un sirviente muy bueno llamado Ratna, que era excepcionalmente fiel y lo había servido por largo tiempo a satisfacción de su amo. Un día, se le pidió que limpiara la habitación de Rajendra Prasad. Éste había guardado en uno de sus libros una lapicera que le había dado Mahatma Gandhi. Cuando el sirviente estaba limpiando la mesa, el libro cayó y el plumín se rompió. Él se puso nervioso pero le dijo la verdad a su amo, pidiéndole perdón por su error. Al oír esto, Rajendra Prasad le gritó enfurecido y le pidió que saliera y no volviera a mostrar la cara ya que la lapicera que había roto era un regalo sumamente valioso de Mahatma Gandhi.

Entonces el sirviente le suplicó que lo perdonara pues no podía sobrevivir sin él. Sin embargo, Rajendra Prasad no estaba de humor para escucharlo y se fue, pidiéndole a su sirviente que saliera de su vista.

Durante la noche, Rajendra Prasad no pudo dormir pues lo obsesionaba el recuerdo de haber echado a su sirviente. Cuando se levantó en la mañana siguiente se perdió el habitual café de la mañana que Ratna solía servirle. Reflexionó acerca de su conducta y lamentó haber echado a un sirviente tan fiel por una falta leve. Comprendió que era su propio error haber puesto descuidadamente la lapicera dentro de un libro en lugar de guardarla en un lugar seguro. Hizo llamar a Ratna y le dijo que regresara, pidiéndole perdón diciendo: “Ratna, eres un buen muchacho. Fue mi error haber puesto la lapicera en el libro. Debes disculparme por mi acción irreflexiva”. Le pidió que continuara sirviéndolo hasta el fin de su vida.

La ira proviene del humor interno y quien cede a este ataque de mal humor está destinado a sufrir. Deben controlar su ira y evitar hablar o actuar cuando sienten enojo.

Puede citarse del Mahabharata otro ejemplo de cómo la ira se apodera incluso de una muy buena persona.

Krishna le pide ayuda al sabio Dhurvasa

Ashvatama le oró a Kali para que lo ayudara a cumplir su voto de matar a los Pandavas antes del ocaso del día siguiente y obtuvo de ella una espada. Draupadi se enteró de esto y dijo: “Los Pandavas son los cinco principios vitales y yo soy el sexto. ¿Cómo podré vivir después de que ellos se hayan ido?”. Diciendo esto, le oró a Krishna pues Él era siempre su salvador cada vez que estaban en dificultades. Krishna apareció ante ella y le preguntó por qué lo había llamado. Ella le explicó cómo Ashvatama había obtenido una espada de Kali con Sus bendiciones para matar a los Pandavas antes del ocaso del día siguiente.

Krishna dijo: “La palabra de la Madre Diosa tiene que cumplirse. Al mismo tiempo, los Pandavas tienen que ser protegidos pues son mis devotos. Tendré que diseñar un plan maestro”. Krishna convocó al sabio Dhurvasa. Aunque Dios puede actuar por Su cuenta, a veces Él usa a otros como instrumentos. Dhurvasa estaba contento de tener el darshan del Señor Krishna y le preguntó por qué había sido llamado. Cuando Krishna le dijo que necesitaba su ayuda, él señaló que todos necesitaban la ayuda de Dios y que era extraño que Dios le pidiera ayuda a él. Dhurvasa dijo: “Señor, con seguridad seguiré tus órdenes”.

Krishna le reveló Su plan maestro. Le pidió a Dhurvasa que preparara un pozo lo bastante grande como para ocultar allí a los Pandavas. Él dijo: “Debes esparcir algunas ramas de árbol para cubrir el pozo y sentarte sobre él. Ashvatama vendrá a ti. Puedes decir la verdad, cambiando sólo tu tono”.

Ashvatama llegó en la tarde y le rogó a Dhurvasa con toda humildad que le revelara dónde se encontraban los Pandavas, ya que él era un Trikalajñani (alguien que conoce el pasado, el presente y el futuro). Dhurvasa dijo con tono de enojo: “Los Pandavas están bajo mis pies”. Como todos conocían los efectos de la furia de Dhurvasa, Ashvatama no se atrevió a seguir adelante y despertar la terrible ira del sabio y se escabulló del lugar. Para ese entonces el sol se había puesto y los Pandavas fueron salvados.

Las señales del enojo simulado de Dios son sólo para el bien de otros y para proteger a la humanidad. Dios tiene que actuar de modos diferentes en situaciones diferentes. Dios no tiene ira dentro de Sí. Cuando Él asume forma humana tiene que actuar como un humano.

Traducción Mercedes Wesley