Discursos dados por Sai Baba
{SB 11} (27 de 54 discursos 1971 a 72)
53. 03/12/72 A los pandits
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 08 cap. 29 ) A los pandits 3 de Diciembre de 1972 Prashanti Nilayam LOS SABIOS SON AQUELLOS que conocen al Alma. Ellos distinguen entre Eso y Esto, Thaty Thuam, lo absoluto y lo relativo, lo universal y lo particular, que falsamente se considera como separado de lo universal. Cuando experimenta la verdad de que él es el Alma absoluta, el hombre es dotado de bienaventuranza suprema. Si carece de tal experiencia, aunque haya leído montañas de textos espirituales o ganado fama como erudito, su vida es una pérdida total. Sólo el hombre tiene la habilidad de comprender al mundo fenoménico que lo rodea. Puede captar el comportamiento e indocilidad del mundo e indagar acerca de su evolución e involución, su contracción y expansión. Por lo tanto, debe asignarle sólo un valor relativo y seguir como única meta la búsqueda y el logro del Alma. La búsqueda tiene que ser a través de un continuo y firme sadhana. El potencial espiritual ilimitado está en cada ser. En el hombre se expresa como suprema sabiduría. El hombre no es un montón de barro ni un trozo de carne, existe en él la fuente inextinguible de bienaventuranza divina. Una persona no sólo es el cuerpo, con todas las partes que lo integran. El Alma es la persona, el alma es la personalidad, y la persona obtiene bienaventuranza sólo cuando el Alma se conoce. Este logro no puede ser ganado a través de riquezas, de autoridad, nombramientos, erudición, fama derivada de posición social o fuerza. A1 ignorar esta bienaventuranza perpetua, el hombre se imagina que los placeres sensuales son bienaventuranza, y consume su vida en esfuerzos infructuosos. Deambula en las junglas espinosas y las arenas del desierto. Se humilla, se arrastra y se denigra para obtener favores de quien sea. Esto es consecuencia de la ignorancia que lo ciega. Al hombre se le da un boleto de regreso cuando nace. Al tenerlo a su alcance gana y gasta, se levanta y cae, canta y baila, llora y se lamenta, olvidándose del propósito del viaje. Pero aunque él lo olvida, el vagón de la vida sigue su marcha hacia el cementerio, que es su terminal. No traerá gloria alguna al hombre si está atado e imposibilitado a la rueda de nacimiento y muerte. Su gloria y grandeza consisten en liberarse de esa rueda. Antes de que la muerte le corte la vida y lo lance hacia otro nacimiento, el hombre debe, a través del sadhana, aprender el misterio del Alma. Cuando la muerte llega, debe estar contento de encontrarse con ella, pues viene por última vez y ya no habrá más nacimientos para él. El hombre llora cuando nace, mas no debería llorar cuando muere; debe morir triunfante sobre la muerte. De otra manera, vive sólo para consumir toneladas de alimento, como una pesada carga sobre la tierra. Ustedes buscan escapar al dolor y la pena pero éstos son inevitables. La vida es un sueño. En el sueño experimentan alegría y pesar; pero cuando reconozcan que la alegría y el pesar son irreales, cuando despierten a la conciencia del Alma, ya no tendrán más la emoción de la alegría ni la depresión del pesar. Ya no habrá más temor o ansiedad, temor a la muerte o ansiedad por el futuro. La mente es el arquitecto de su elevación o caída. Para el tonto, la mente es un ogro formidable; para el inteligente, la mente es un ángel. La mente amaestrada es desgarrada por el temor; la mente pura y elevada es plácida y tranquila, como la del sabio sin hogar. Los Vedas enseñan cómo purificar la mente y convertirla en un instrumento útil. Todo en el universo tiene una causa; todo ser, objeto, incidente, es originado por la Causa primigenia, su dirección o guía. Los Shastras anhelan descubrir ese Principio oculto; debido a la ignorancia y perversidad, los Shastras han sido descartados e ignorados y el hombre se está desviando hacia la equivocada creencia de que sus fantasías son justas y benéficas. El hombre ha lanzado su «humanidad» al cráter de la crueldad, olvidando sus mejores intereses debido a la influencia del odio, la envidia, el orgullo y el poder. Ha olvidado la expansión de su cultura, ocasionando que la paz haya huido del corazón del hombre, de la sociedad y de las naciones. Los pandits y eruditos que se han reunido hoy bajo los auspicios de la Asociación de Sabios de Prashanti, deben promover y ser ellos mismos los pioneros y ejemplos en la tarea de hacer consciente a la gente de la grandeza del Sanathana Dharma (la Sabiduría Eterna), y de los Vedas y Shastras en donde se encuentra atesorado. Deben enseñar a la gente el principio del Alma, y ser motivo de inspiración, practicando lo que enseñan. Inmersos ellos en Sat Chit Ananda (Ser Conciencia Bienaventuranza), deben comunicar esa alegría y sabiduría a los demás. Planten en cada corazón la semilla de la verdad; los bendigo para que tengan éxito en guiar a los hombres hacia esa bienaventuranza de plenitud y realización. Prashanti Nilayam 3 XII 72 |