Discursos dados por Sai Baba
{SB 12} (54 discursos 1973 a 1974)
50. 23/10/74 El laberinto
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 09 cap. 29 ) El laberinto 23 de Octubre de 1974 Prashanti Nilayam Lo real y lo irreal (que al ignorante le parece como “real”) no son dos cosas diferentes; uno es la ausencia del otro, eso es todo. La “ausencia” de la realidad no puede ser una “cosa irreal”. La ausencia de la luz no puede ser elevada al nivel de una cosa distinta llamada “oscuridad”. Hay sólo Uno; aparece como dos. Para explicar esto, Brahmasri Mudigonda Pichayya Shaasthry dio un buen ejemplo. Habló de ceniza al rojo vivo que quema la mano, ya que el fuego entró en el trozo de carbón. Así también, cuando el ego ingresa al jeeva (ser individual), el ego desarrolla atributos y parece multifacético. Pero, tan sólo indaguen cómo el carbón llegó por sí mismo a ser. ¡Eso también fue el resultado del fuego! El jeeva mismo se manifestó, ya que el sentimiento de aham (ego) surgió en el nirguna Brahman (lo Universal carente de atributos, carente de deseos). El Shaastry también habló de las dificultades ocasionadas para liberar al jeeva de las garras del ego. Dijo que es como separar el calor de la ceniza al rojo vivo, se ha hecho parte integral del carbón. Pero por el proceso de enfriamiento, el carbón puede deshacerse nuevamente del calor que informó a cada partícula de su sustancia. Él llamó a la “vida”: ¡un laberinto del cual pocos pueden escaparse a pesar de que todos ingresaron fácilmente en él! Citó el episodio del Mahabharatha en el cual Dhrona, el maestro de los clanes en el arte de la guerra (también llamado Kumbhaja, nacido en vasija) había organizado a las tropas Kaurava como un laberinto en el campo de batalla Kirukshethra; Dhrona desafió al hijo adolescente de Arjuna, de nombre Abhimany, a venir al padhmavyaka (laberinto con forma de loto) y luchar por su salida, si se atrevía. Su padre Arjuna no estaba presente en el campo, su esposa estaba embarazada en ese momento y, por lo tanto, como los Shasthras (ciencias espirituales) declaran, el futuro padre no tenía derecho a arriesgar su vida. Cuando el joven guerrero mencionó el desafío, su madre le protestó y le dijo que bien podría excusarse de ese calvario. La mente pura refleja la Realidad de Dios. Las razones que ella le dio para esta retirada tienen un significado más profundo. El laberinto fue construido por Kumhaja, que significa alguien nacido en la inteligencia, Brahman mismo, pues Brahman es Prajnanam(la Sabiduría Máxima). ¿Cómo puede una persona atravesar un laberinto construido por Brahman, cuando es abrumado por las atracciones egoístas, la consideración por su esposa y su hijo en el vientre, y la ausencia de su padre? El Mahabharatha declara que únicamente Arjuna tenía la capacidad y la habilidad para romper el Padhmayuha (es decir, el laberinto de nacimiento y muerte, la maraña de deseos y cumplimientos) ¿Por qué? Porque Arjuna (la palabra significa puro, sin mancha, impoluto) estaba libre del ego y por eso podía frustrar sus estratagemas. Únicamente mediante la mente pura puede romperse la cadena, despejarse la maraña. La mente pura refleja la Realidad claramente, la Realidad de Dios que es la base del Uno, el Ser al igual que el mundo objetivo. Chitha-shuddhi trae Jnaana-siddhi (la mente pura otorga el don de la sabiduría). Dios es inmanente en cada partícula del Universo; la visión clara puede experimentarlo en todas parte todo el tiempo. “Soham” es el estribillo de cada aliento. Esa visión proporciona inconmensurable, inexpresable bienaventuranza. ¿De qué sirve el salmodiar, el rezar, el cantar y el lamentarse en voz alta, si el corazón está tiznado por el egoísmo y el deseo egoísta? Una persona que se comporta así podría ser tomada por los mortales comunes por altamente devota del sendero espiritual; pero, en lo profundo de su perturbada consciencia, estará atormentada por la ansiedad y el temor. Por otra parte, una persona puede aparentar ser pobre, estar angustiada y deprimida para los mortales comunes; puede no tener la demostración externa de devoción. Pero Dios siempre estará instalado en su corazón guiándola y protegiéndola. Puede estar llevando a cabo todos los actos como actos de adoración al Dios que reside en su corazón. El ave se encuentra en esta jaula física donde el hombre está siempre encarcelado desde el momento de su nacimiento hasta el momento de su muerte, piando “Soham”, declarando que en realidad el jeeva (alma encarnada) y el dheha (cuerpo) son UNO. Es esta afirmación la que es la justificación para el don de la vida. ¡Cuando ese trino no emana del aliento, el cuerpo es un shavam (cadáver)! ¡Cuando se manifiesta, ilumina y llena la jaula de fragancia Divina, es un tabernáculo, Shivam! Identifíquense con el manthra (fórmula sagrada) que canta el ave, la respiración repite. Puede ser que se olviden de algún otro sadhana (disciplina espiritual) o de algún otro deber para con ustedes mismos, pero la respiración jamás, ni siquiera por un momento, se olvida de este sadhana, recordándoles vuestra Realidad innata, es decir, Sah (Él). “Yo soy Él. Él es Yo”, ese es el estribillo de cada respiración. ¿Qué indicación más profunda, qué inspiración mayor necesitan ustedes para mantenerse en el equilibrio de la ecuanimidad? La fe en Dios debe ser constante y firme. Cierta vez un devoto se lamentaba diciendo: “¡Oh Dios! ¡Te has olvidado de mí!”. Esto nunca es posible; es el devoto quien se olvida de que es el hijo de Dios, de que Dios es su amigo y guía incondicional. Dios es omnisciente, todopoderoso, todo misericordia. La fe en Dios tiene que ser constante, firme ante cada desafío del destino y de la fortuna. En una ocasión, los ciervos del bosque mantuvieron una enorme conferencia para considerar su difícil situación. El líder de la gran multitud que se había reunido aconsejó coraje y unidad; dijo que era una verdadera vergüenza que miserables criaturas como esos perros que no eran tan veloces como ellos y que no tenían cuernos, pudieran implantar el temor en sus corazones. Ante esto, la vasta congregación unánimemente acordó con una fuerte ovación que ningún ciervo de ahí en adelante iba a dar su espalda cuando los perros los persiguiesen, que se mantendrían en su terreno y darían lucha hasta el final. Mientras los ecos de la ovación todavía estaban resonando por el bosque, se oyó un ladrido distante, y en un instante ni un solo ciervo pudo ser detectado donde miles se habían reunido para aprobar esa resolución. Se disolvieron en el aire y negaron su propia resolución. Esto es hipocresía verbal, la cual es fatal para el progreso espiritual y demoledora en cualquier área. El error está en la creencia de que las cosas suceden como resultado del esfuerzo y de la planificación humanos, la inteligencia y el cuidado humanos. Nadie puede triunfar en ninguna empresa sin la Gracia Divina. Es un plan de Dios que está siendo elaborado por el hombre, pero el hombre se enorgullece de que ha trabajado para él. Esto me recuerda una historia. Un pobre y sencillo aldeano realizó su primer trayecto en tren. Compró un boleto y entró a un compartimiento; encontró que ya estaba ocupado por algunos pasajeros que habían guardado sus cajas, bultos y otros artículos de equipaje en los estantes o debajo de los bancos sobre los que estaban sentados. Estaban despreocupados por el esfuerzo extra que tendría que hacer la locomotora para arrastrar esas cajas y esos bultos. “Qué cruel de parte de ellos”, pensó el aldeano. La locomotora tiene que arrastrar sus pesos y ahora le están imponiendo al tren también esta carga adicional. Al menos él no iba a infligirle este problema extra a la pobre cosa; por eso guardó su caja sobre su hombro y su bulto sobre su cabeza. Creía que él estaba cargando su c Prashanti Nilayam, 23/10/1974. El deseo destruye a la devoción, la ira destruye a la sabiduría, la codicia destruye al trabajo. Por consiguiente, estas malas cualidades deben ser sacrificadas. Con palabras buenas y dulces, manteniendo los deseos bajo freno y control (para la eliminación final), uno debería comenzar el sendero del sacrificio. Sri Sathya Sai |