Discursos dados por Sai Baba
{SB 14} (47 de 60 discursos 1978 a 80)
49. 25/03/80 Los cuatro hermanos
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 11 cap. 4 )
Los cuatro hermanos
25 de Marzo de 1980
RAMA ES UN NOMBRE dulce, más dulce que todas las cosas dulces de la naturaleza cuando se beben solas o juntas. Nunca empalaga la lengua ola mente. Posee misteriosas potencialidades místicas para elevar al hombre. De esta manera, uno debe esforzarse en mantener la mente morando siempre en él. La historia de Rama, el Ramayana, sólo es otra versión de los Vedas. En efecto, se dice que los Vedas encarnaron como el Ramayana para ayudar a la destrucción del mal y la restauración de la vida recta, tareas que el Señor asumió durante su vida como Rama. ¡Claro! Rama y sus tres hermanos son, desde un punto de vista, los cuatro Vedas en forma humana. El Yajur Veda establece los derechos y deberes del hombre, el dharma que asegura paz y prosperidad para él, tanto aquí como en el más allá. Así, está representado por Rama mismo, porque él tomó la vestidura humana para establecer y ejemplificar el dharma. Rama vigrahavan Dharma es como el Ramayana lo describe, es decir: «Rama, el dharma personificado».
El Rig Veda atesora potentes mantras o fórmulas sagradas. Los aclara y desarrolla su significado. Estos mantras tienen al mantra «Rama» como su corona. El hermano, Lakshmana, quien lo repetía, la recitaba y confiaba en él para todo en la vida y en el más allá, es, en verdad, la encarnación del Rig Veda. Él enseña a la humanidad que el mantra «Rama» confiere al hombre la presencia constante del Señor. El mismo Veda contiene cantos en alabanza de la creación y del Creador, y por medio de la adoración sublimada en canción, el Señor otorga su gracia. Bharata, cuyo pensamiento, palabra y obra eran totalmente una acción de gracias, un himno de alabanza dedicado a Rama, fue el Sama Veda. Luego tenemos el Atharvana Veda, que es una colección de detalles médicos y rituales, de encantamientos y amuletos protectores para vencer enemigos internos y externos. Satrugna, cuyo solo nombre significa «el destructor de enemigos», es por eso apropiadamente el avatar del Atharvana Veda. Este Veda capacita al hombre a dominar hábitos, actitudes y tendencias perversos, de manera que pueda escuchar la voz de Dios y traducirla alegremente a la vida diaria. Con su humildad, lealtad y devoción, Satrugna demostró su victoria sobre el ego, la codicia y la ira.
Frecuentemente se comete el error de olvidar que Rama vino para establecer las normas de la existencia humana y que su vida ha de ser observada y seguida por la humanidad. Él es el hombre ideal, con cualidades y virtudes que cada hombre puede adquirir para elevarse. La simple adoración vacía no es lo que el avatar espera. Rama pasó por dificultades, decepciones y angustias como cualquier otro hombre, para mostrar que la alegría sólo es un intervalo entre dos penas, que la pena sólo es un reto, una prueba, una lección. Él predicó la relación ideal entre padre e hijo, esposo y esposa, entre hermanos y amigos, aliado y enemigo y aun entre hombre y bestia. El Ramayana enseña también que, como resultado de las consecuencias kármicas individuales acumuladas, es posible que los niños de una misma madre tengan caracteres y cursos de vida opuestos. Las aguas de un mismo estanque engendran tanto sanguijuelas como lotos. ¡Val¡ y Sugriva fueron hermanos! ¡También Ravana y Vibhishana!
Desde otro punto de vista, Rama y sus hermanos pueden entenderse como modelos de las cuatro metas principales del hombre. De éstas, Rama fue el dharma (rectitud), Lakshmana, arta (prosperidad), Bharata, kama (cumplimiento de los deseos), y Satrugna, moksha (liberación). Estas cuatro metas constituyen la progenie de cada ser humano. Dasarata (el conductor de los diez carros) es el hombre, que posee cinco órganos de percepción sensorial y cinco sentidos de acción, que gobiernan a Ayodhya, la ciudad inconquistable (el corazón donde reside Dios). Las cuatro metas tienen que ser reducidas a dos pares: rectitudriqueza (dharma arfa) y deseo liberación (kama moksha). El hombre ha de esforzarse por lograr prosperidad sólo a través de medios correctos. La prosperidad debe usarse para adquirir y mantener el dharma. Por esta razón Lakshmana sigue los pasos de Rama, y cuando el gigante Kabanda toma en mortal abrazo a Lakshmana, éste se ofrece a entregarse a cambio de Rama y le dice a éste que escape y viva. Por esta razón, cuando Lakshmana cayó inconsciente en el campo de batalla y no pudo ser revivido, Rama se lamentó: «Tal vez yo encuentre otra Sita, si esta Sita muere; pero, ¡oh, Lakshmana!, en ningún lado encontraré otro hermano como tú».
Rama también compartió con Bharata el amor que Lakshmana derramaba en él tan profusamente. A Bharata, que le rogaba con lágrimas en los ojos que retornara a Ayodhya como su gobernante, le dijo: «No, mi padre me ordenó que gobernara en los bosques, ayudando a los ermitaños y salvándolos de las incursiones de hordas demoníacas. Él ha querido que tú gobiernes el reino de Ayodhya. Seamos leales con él». Tal fue la expresión de su amor fraternal.
El segundo par de metas del hombre son el deseo y la liberación; el único deseo que vale la pena abrigar y buscar con afán es el deseo de la liberación. Bharata lo tuvo y Satrugna lo compartió.
Después del largo peregrinaje a los templos y sitios santos de Bharat, Rama tuvo unos cuantos años, hasta que cumplió los catorce, de aparente introspección y soledad. Le disgustaban la comida y los vestidos suntuosos. No estaba interesado en objetos ni en hombres. Movía sus dedos y palmas sin razón clara; sólo él sabía qué escribía en el aire. Reía sin motivo alguno. En suma, sus acciones y movimientos eran exactamente los mismos que cuando yo era adolescente. Vasishta intentó volver su mente a la normalidad, pero ésa era sólo una etapa por la que todo avatar pasa antes de emprender la tarea para la cual ha descendido. En esos años el avatar estaba proyectando su plan maestro. Al final de ese período, el sabio Visvamitra llegó al palacio pidiendo a Dasarata que enviara a Rama (y al inseparable Lakshmana) con él, para salvar a los ermitaños de la banda demoníaca que profanaba los ritos védicos. Así comenzó a realizarse el plan.
Brindavan
Día de 13amanavani,
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