( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 29 cap. 45 )
El llamado de Shankara a la juventud
9 de Setiembre de 1996
¿Qué importa si aquellos de mentes mezquinas menosprecian a las almas nobles?
¿Acaso el poderoso elefante pierde su magnificencia cuando el perro ladra?
¡Encarnaciones del Atma Divina! Todos los objetos que ustedes ven en el mundo exhiben algún tipo de color. Pensamos que estos colores son algo natural en esos objetos, pero no es así. Los colores son en realidad un reflejo de nuestra propia visión. El cielo parece azul cuando lo miramos. El océano parece de color azul oscuro.
Decimos que el cielo es azul, que el océano es azul. Esto es incorrecto.
Ni el cielo ni el océano son de color azul. Es la vastedad del espacio y la profundidad del océano lo que produce esta impresión de color azulado. Si toman un poco de agua de mar con la mano verán que es incolora. No mostrará el color que ustedes imaginan.
Del mismo modo, el bien y el mal dependen de los pensamientos y los sentimientos propios. El verdadero color de cualquier objeto no se percibe; y la verdadera forma tampoco es evidente.
La energía eléctrica se genera desde una central hidroeléctrica.
La corriente eléctrica no es visible para nosotros, aunque los diferentes usos que se le dan a la energía son obvios. Del mismo modo, todos los seres, todas las criaturas vivientes, emergen del Principio Áthmico. Pero este Principio no es evidente. No obstante, podemos ver a los seres que surgen de este Principio y su comportamiento, bueno y malo.
Una promesa cumplida Después de que Shankara propagó su doctrina Adhváithica, desde Kasi, hubo una asamblea de grandes eruditos en la ciudad sagrada. Shankara, que se hallaba en esa asamblea, cerró los ojos por un instante y experimentó la visión de su madre sumamente angustiada. De inmediato dispersó a la asamblea y partió hacia Kaladi. Llegó hasta su madre en sus últimos momentos, como le había prometido, le administró agua de thulasi en los labios y cumplió con su deber para con la madre.
En esos tiempos, la gente de Kaladi no vio con aprobación las acciones de Shankara, porque en opinión de ellos, quien se había dedicado a sanyasa no debía volver a las actividades de un jefe de familia y llevar a cabo rituales. Sanyasa significa renunciar a todos los deseos. La opinión de los pandits ortodoxos era que una vez que una persona se había vuelto Sanyasin, no debía llevar a cabo los últimos ritos para una madre o un padre, las cuales eran obligaciones de un jefe de familia.
Para que los estudiantes comprendan el significado de este incidente, les explicaré lo que quiere decir Sanyasa. Antes de dedicarse uno a Sanyasa, se realiza el Viraja Homa, lo cual significa que la persona muere, por así decirlo, renuncia a todos sus compromisos mundanos anteriores e inicia una nueva vida, asumiendo una nueva forma y vistiendo una nueva túnica. La vieja forma es desechada y también se abandona el nombre anterior. Recibe un nombre nuevo, relacionado con la orden ascética. Se le agrega al nombre el sufijo Anandha, ¡aunque pocos de ellos experimentan Anandha! Después de pasar por esta ceremonia, ¿dónde hay lugar para una madre o un padre?
La visita de Swami a Hrishikesh En este contexto, me gustaría recordar un incidente ocurrido cuando Yo estaba viajando con Burugula Ramakrishna Rao, el entonces gobernador de Utthar Pradhesh. Él era un buen devoto y dominaba una cantidad de idiomas. Era una persona muy inteligente.
Decidió hacer el viaje a Badhri-nath y a Kedhar-nath “en compañía del Señor Mismo (Bhagavan Baba)”. Cuando se enteraron de que Swami viajaría a Badhri-nath, casi doscientos devotos se unieron al grupo de Bhagavan. El matrimonio Ramakrishna Rao era gente muy pura y piadosa y cada día solía tomar su alimento sólo después de que los doscientos devotos y Swami hubieran comido.
¡Tal era su devoción! Cuando los devotos se sentaban para las comidas, Ramakrishna Rao mismo solía servirles el agua a todos.
No permitía que su edecán u otras personas hicieran este servicio.
Él solía declarar: “Soy un sirviente de Swami, no un gobernador”.
Ramakrishna Rao había sido anteriormente primer ministro de Andhra Pradhesh en Hyderabad. Cuando Swami fue allí durante ese período, miles de personas formaron una fila para el Darshan de Swami en Malakpet. Los voluntarios empujaban a los devotos dentro de la fila para ganar tiempo.
Me gustaría que los estudiantes comprendan lo compasivo que era el corazón de Ramakrishna Rao. Él se unió a la fila. El inspector general de policía se acercó a Ramakrishna Rao y le suplicó que se mantuviera aparte y no se uniera a la fila. Ramakrishna Rao le dijo: “Puede que yo sea políticamente primer ministro. ¡Espiritualmente soy un devoto común! No soy un devoto tan grande”. ¡Ése era el espíritu devocional de Ramakrishna Rao! Swami y Shivanandha Todos llegamos a Hrishikesh. Ramakrishna Rao había hecho arreglos para que todo el grupo se alojara en una gran casa de huéspedes y en cabañas cercanas. En ese tiempo, Shivanandha y un grupo de sus devotos llegó a la casa de huéspedes y le pidió a Swami que visitara su ashram al día siguiente, que era el septuagésimo cumpleaños de Shivanandha. Swami observó: “No es el cumpleaños de Shivanandha sino el de Kuppusvami. Antes de adoptar el nombre Shivanandha, como renunciante, su nombre era Kuppusvami. Él era un médico. Ese Kuppusvami dejó de existir al hacerse Sanyasin. Entonces adoptó el nombre Shivanandha”. Eso había ocurrido veintiséis años atrás. Por lo tanto, el Swami sólo tenía veintiséis años como Shivanandha. “¡Es el 70º cumpleaños para Kuppusvami y sólo el 26º cumpleaños para Shivanandha!” Shivanandha dijo: “¡Swami! Hasta hoy nadie me había dicho esta verdad de un modo tan enfático”.
Este cuerpo tiene setenta años. La gente reconoce lo físico, pero no reconoce la base que lo sostiene. Sólo las personalidades Divinas como los avatares, y no otros, pueden comprender esta verdad. Desde el momento del nacimiento hasta el final, este cuerpo tendrá una forma y un nombre.
Las personas que profesan Adhvaitha, a menudo recuerdan su vida previa a Sanyasa y continúan pensando en ella mientras siguen viviendo como renunciantes.
La práctica de la cremación en el patio posterior en Kerala Shankara se enfrentó a una situación difícil. Nadie en su pueblo estaba dispuesto a ayudarlo. Él tenía que realizar las exequias de su madre. Los Brahmines Nambuudhiri locales declararon que no podían tocar el cuerpo. Sentían que Shankara estaba yendo en contra de los preceptos de las Escrituras.
Totalmente sin ayuda, Shankara cargó él mismo el cuerpo hasta el patio posterior de la casa y lo cremó. Lo que Shankara hizo se practica en Kaladi, incluso en la actualidad. Cuando los ancianos mueren, sus cuerpos son cremados en el patio posterior de sus casas. No hay un crematorio separado para ellos.
Si van a Kerala, encontrarán casas que dan hacia la calle, pero el patio posterior es un espacio abierto. Cualquiera que vaya allí deberá tomar un baño de purificación. De este modo, Shankara cumplió la promesa que le hizo a su madre.
Luego, Shankara partió hacia Kasi. Sentía un dolor profundo por la actitud que la gente de Kaladi mostró hacia él. Shankara caminó todo el trayecto hasta Kasi, sólo con un bastón en la mano y una antorcha de aceite para iluminar su camino de noche.
Un consejo a los jóvenes Al ver pasar a jóvenes hombres y mujeres a lo largo del camino, Shankara les señaló a sus discípulos que los jóvenes se interesaban más por los placeres sensuales que por indagar acerca del Atma. Es una pena que las personas estén apegadas al cuerpo, que es el recipiente de una cantidad de objetos sucios. Se dejan llevar por las atracciones físicas externas del cuerpo. ¡Es en verdad lamentable! ¡Qué pena que las personas estén tan apegadas a este cuerpo transitorio! ¿Cuánto puede durar la juventud?
Entonces Shankara enseñó a la gente acerca de la transitoriedad de los placeres carnales.
Su mensaje fue una advertencia a los jóvenes para que tuvieran mucho cuidado con respecto a la vida que llevaban. Debían renunciar al apego al cuerpo. En este contexto, me gustaría relatarles la historia de un príncipe que quería casarse con la hija de un mercader por la belleza de ésta. La muchacha, que se había entregado a Dios y quería permanecer soltera, ideó un plan para librar al príncipe de su enamoramiento. Mandó decir al príncipe que estaba dispuesta a casarse con él si él seguía aprobándola luego de una semana. Mientras tanto, ella tomó una serie de purgantes, colectó todas las heces en vasijas y fue a encontrarse con el príncipe. Para ese entonces había enflaquecido a tal punto que su encanto juvenil había desaparecido. Le dijo al príncipe que la belleza que él vio en ella estaba contenida en las vasijas. El príncipe aprendió la lección y también decidió permanecer soltero y dedicarse a servir a Dios.
De este modo, Shankara trató de hacer que las mentes de esas personas se alejaran de los placeres sensuales y se dirigieran a Dios. Shankara no instaba a todos los jóvenes a volverse Sanyasins. Los exhortaba a cumplir con sus deberes y dedicar el cuerpo al servicio de lo Divino. Él predicó la verdad, la practicó y la transmitió al mundo.
Hoy los jóvenes se han vuelto esclavos de los sentidos y se están comportando como los animales más inferiores.
Shankara señaló que la vida mundana es como las escenas proyectadas sobre una pantalla. Vienen y van, pero la pantalla permanece.
Él declaró: “Brahma Sathyam Jagath mithya” (El Ser es real.
El mundo es ilusorio). Shankara también declaró: “Sarvam Vishnumayam Jagath” (El universo está saturado por Dios). Cuando los eruditos señalaron la contradicción entre estas dos afirmaciones, Shankara dijo: “La vida mundana es ilusoria porque viene y se va continuamente”. Al mismo tiempo, esta vida mundana es vivida como las escenas que se mueven sobre una pantalla permanente.
En este proceso, el mundo y lo Divino se vuelven uno, al igual que la unidad de la pantalla y las imágenes sobre ella. Ésta es la base de la declaración: “Sarvam Vishnumayam Jagath”. De ahí, la declaración Upanishádica acerca de que Dios mora en todo el cosmos.
Adhvaitha y los deberes mundanos Éste fue el no dualismo que Shankara predicó. Consideren a lo Divino como la base fundamental y vivan sus vidas mundanas reconociendo su transitoriedad. Sin lo Divino, el cosmos no tiene existencia propia. Por lo tanto, el hombre debe reconocer el único Principio Áthmico Divino presente en todos los seres. Se lo puede llamar por muchos nombres. El Eterno Divino no tiene ni nacimiento ni nombre.
(Swami describió los debates exitosos de Shankara con Mandana Mishra y su esposa, Ubhaya-Bharati, quienes se volvieron Sanyasins de allí en adelante. Shankara luego se dirigió a Kashmir).
La redención de Shankara en Kashmir El gobernante de Kashmir era un gran mecenas de eruditos.
Shankara quiso vencerlos en debates. En el instante en que Shankara entró en Kashmir, las puertas del templo de Kanakadhurga se cerraron. Todos los esfuerzos por abrirlas resultaron inútiles.
Todos los pandits se dirigieron al templo y le oraron a la Diosa.
En respuesta a sus plegarias, la Diosa habló con voz etérea:
“Shankara es un gran Acharya (preceptor). Pero hay una mancha en él. Sólo cuando esa mancha sea removida estas puertas se abrirán”. Shankara cantó entonces himnos en alabanza a Shiva.
Comprendió que había cometido un error al entrar en el cuerpo muerto del rey de Kasi con el fin de adquirir la experiencia de un jefe de familia para llevar a cabo el debate con Ubhaya-Bharati, la esposa de Mandana Mishra. Para reparar su error decidió ayunar durante once días, sin comida ni agua, para realizar Thapas. Al duodécimo día, las puertas del templo se abrieron solas. Esto mostró el poder de la determinación y la penitencia de Shankara.
Krishnamurthy y Sandipan Chatterjee (quienes habían hablado anteriormente) se refirieron a Prema y exhortaron a los estudiantes a cultivar amor. ¿Qué clase de amor han de desarrollar? Shankara ha dado la respuesta. El amor debe surgir del Athma. La verdadera plegaria debe emanar del alma y no del cuerpo. Ese amor es Dios. Vivan en amor.
Desarrollen desapego Shankara predicó continuamente a los jóvenes, la doctrina del desapego, porque comprendía que los apegos desarrollados a lo largo de muchas vidas no pueden ser abandonados escuchando uno o dos discursos. Había un comerciante que temía que su hijo desarrollara aversión hacia el mundo, si escuchaba el discurso de un pandit que estaba explicando la grandeza de la renuncia. El pandit le aseguró al comerciante que un día de disertación no iba a reformar a su hijo, cuando una serie de discursos no habían tenido ningún efecto sobre el padre. Cuando hay necesidad de una pureza constante en la vida diaria, los esfuerzos para la limpieza espiritual han de ser continuos. Ése fue el modo en que Shankara predicó a los jóvenes la filosofía de la renuncia y el desapego. Los estudiantes deben aferrarse a Dios como su único amigo y sostén.
Cuando posean una fe firme, lo Divino se manifestará ante ustedes.
Ésta es la verdad, la verdad y nada más que la Verdad.
Hoy, varios pandits explicaron el Adhvaitha, pero pocos lo practican.
El Adhvaitha debe ser vivido, ¡no meramente repetido en palabras! ¡Comprendan la verdad: “Sathyam, Jnanam, Anantham Brahma!” Discurso pronunciado en el Sai Kulwant Mandap, el 9-9-1996. |