Discursos dados por Sai Baba
{SB 11} (27 de 54 discursos 1971 a 72)
44. 27/07/72 Lecciones del mar
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 08 cap. 21 )
Lecciones del mar
27 de Julio de 1972
Prashanti Nilayam
Gurú Purnima
ESTE ES EL DIA Mundial del Maestro, dedicado al primer preceptor, el codificador de los textos védicos, el poeta que compiló la gran epopeya del Mahabharata, afamado como El Quinto Veda, y de ese otro gran texto de devoción, el Bhagavata, el sabio Vyasa, el Adi Guru. De hecho, el mundo mismo es un gran maestro, una constante guía e inspiración. Es ésa la razón por la que el hombre está rodeado y sustentado por el mundo. Cada pájaro, cada animal, cada árbol, montaña y estrella, cada minúsculo gusano tiene una lección para el hombre, siempre y cuando éste tenga la voluntad y el anhelo de aprender. Esto hace del universo una verdadera universidad para el hombre; es un gurukul donde él es alumno desde el nacimiento hasta la muerte.
El hombre absorbe lecciones del medio ambiente, esté o no consciente de ello. Por eso, aquellos que están interesados en su futuro lo alientan a que busque la compañía de los buenos, para que evite difamación, partidismo, orgullo y violencia. El primer gurú es la madre; su ejemplo, su consejo, sus regaños, afectan al hombre de la manera más profunda y duradera. El segundo es el padre, quien es admirado por el niño por su fuerza y conocimiento y temido por los castigos que inflige. Después sigue el maestro, quien lo dirige y guía para penetrar en el laberinto del conocimiento material. Pero es sólo el gurú quien puede abrir el ojo interno y limpiar los instrumentos internos de la intuición. Él los induce a preguntarse: ¿Soy yo este cuerpo o es este cuerpo sólo un vehículo que estoy usando? y a descubrir la respuesta: No; yo no soy este cuerpo, no; yo soy el vidente, el testigo, el espectador. Entonces la investigación empieza a sondear en la realidad del yo: ¿Koham? (¿Quién soy yo entonces?) y la respuesta se revela en la conciencia purificada: Soham (Yo soy Él; yo soy una chispa de esa gloria; yo soy divino). El cuerpo denso tiene sus características: altura, peso, complexión, nombre, casta, secta, nacionalidad; es una vasija, un contenedor, es ideado, diseñado; se desintegra, es destruido. No puede ser «tú». El cuerpo sutil es como el agua en la vasija: también vertida por alguien. No se origina allí; no es parte esencial de ella; no es su dharma. Así que tampoco es «tú». El cuerpo causal es afectado por el apego y el desapego, el mundo y sus objetos, a través de la reacción y el reflejo, por lo cual no puede ser «tú». «Tú» está más allá de estos tres. Ustedes no están limitados por estos tres contenedores, uno dentro del otro, uno más sutil que el otro.
Existen cinco envolturas dentro de las cuales brilla el yo. De éstas, el anamaya la envoltura material es el cuerpo denso. El cuerpo sutil está formado por las siguientes tres envolturas: la vital (pranamaya), la mental (manomaya) y la intelectual (vijñanamaya). El cuerpo causal es la conciencia de bienaventuranza, la envoltura o kosha de anandamaya. Incluso ésta es una limitación, una fase, una característica. El Yo no tiene tales delimitaciones. El gurú que puede darles a conocer esto es su propia mente. Diríjanla hacia la inteligencia y la bienaventuranza y estarán en el camino correcto; diríjanla hacia lo vital, lo material, y caerán en el camino de la perdición.
Gurú Pumima, el día de luna llena dedicado al maestro, debe transcurrir en la contemplación del camino que conduce a la liberación y en ofrecer gratitud a los que descubren nuevas rutas.
Hoy en día, existen tres tipos de gurús: aquellos que despojan a los discípulos de sus posesiones y se enriquecen; los que despojan a los discípulos de su individualidad e inteligencia y se convierten en déspotas; y aquellos que despojan a sus discípulos de sus ansiedades y agonías y cumplen su vida como benefactores. Muchos gurús insisten en que sus seguidores los deben tratar con ostentosas formas de adoración durante este día y ofrecer donativos especiales a sus pies. El pedir y aceptar tales formas superficiales de adoración es desdeñable. El discípulo tiene que ser sathatam yoginah (perpetuamente unido), siempre apegado a ideales elevados. El maestro debe ser un ejemplo supremo y firme en este yoga.
El gurú es purnima: pleno, imperturbado por duda alguna, imperfección o sentimiento de necesidad. Al igual que la luna llena, él confiere alegría, bienestar y alivio. Siéntense tranquilos por unos minutos; ustedes mismos podrán juzgar sus logros. Si su percepción mental es de dualidad, aún están medio ciegos. Si tan sólo perciben al Uno, su visión es la más clara; el ver doble es un síntoma de enfermedad visual. Vean sólo al Uno, lo eterno, la verdad, lo divino. Elévense para alcanzar a la Divinidad, no rebajen a la Divinidad hasta el nivel,humano o incluso animal. No adoren, a Dios como una imagen (rente a ustedes, sino adoren a la imagen ante ustedes como a Dios, porque Dios está en todo y puede ser captado a través de cada símbolo. No hay nada en donde Él no esté; no existe poder o derecho ajeno a Él.
El ojo ve, pero, ¿qué es lo que ve al ojo, quién capta las imágenes que recibe el ojo? Es la mente. El mundo objetivo es drisya (lo visto); el ojo es drishta (el vidente); pero a su vez el ojo es drisya para la mente que es drishta. Análogamente, la mente también es drisya y el intelecto es drishta. Finalmente, el intelecto también es drisya porque el Alma es el drishta final, el cual observa como testigo a mano rama o representación del principio mente.
La mente siempre está intranquila; está «tranquila en su intranquilidad», como se quejó Arjuna ante Krishna. Está preñada de desastre; tiene raíces profundas y es difícil de abatir, dice Arjuna. Krishna concuerda con él pero le asegura que puede ser dominada y volverla inofensiva si se adquiere sabiduría y se cultiva la renunciación.
Esta mañana, alguien de Delhi me planteó este mismo problema. Le dije que hay una solución sencilla, pero él me respondió con un suspiro. Dijo: «Me he acercado a muchos sabios y cada uno tiene «una solución sencilla». Pueden ser sencillas para ellos, pero para mí son muy difíciles». Yo le dije: «Tú ya estás practicando ejercicios aún más difíciles que el que me propongo recomendarte, por lo cual no te será difícil en lo más mínimo. No te desanimes, tienes inherente en ti un vasto potencial; puedes obtener de éste la fortaleza y triunfar». Y luego le di el ejemplo de un abejorro. «Es un animal pequeñito, a juzgar por su tamaño, ¡pero perfora la madera más dura! ¡Existe la leyenda de que perforó el acerado muslo de Karna! Este mismo abejorro se posa a la puesta del sol sobre una flor de loto, bebe el intoxicante néctar y es presa de cierto aturdimiento debido al elixir. Mientras tanto, el sol se pone y los pétalos se cierran para formar de nuevo un capullo. El abejorro queda aprisionado en su suavidad ¡no tiene la fuerza para perforar el tierno y aterciopelado velo!» Yo le dije: «Deja que tu mente beba el néctar del Nombre, permite que pruebe el elixir de los pies de loto del Señor y la mente quedará inutilizada, incapaz de dañar».
Ustedes pueden tener gran erudición, fama y fortuna, pero la abeja les puede dar una lección sobre cómo librarse del tormento. El árbol puede enseñarles fortaleza y tolerancia. Les ofrece sombra a todos, sin importar edad, sexo o religión, nacionalidad o nivel económico. Brinda ayuda con frutos y sombra, ¡incluso al enemigo que cierne su hacha sobre su tronco! El perro les puede dar lecciones de fe, dedicación y servicio carente de egoísmo.
El hombre se degrada debido a su ingratitud, mostrada incluso a Dios, quien lo ha provisto de toda esta riqueza. Hoy es día de luna llena y el mar se agita con alegría. Conoce sólo la plenitud de la dicha. El sol puede propiciar nubes cargadas de agua. El mar no ruge. La lluvia puede llenar sus arcas con
el rico tributo de los ríos; no se exulta. Les enseña ecuanimidad, no depresión ni exaltación. Observen el ondular de las olas una tras otra hacia la costa. Notarán que traen consigo desechos flotantes, botellas y ramas, troncos y restos de naufragios, para depositarlos en la arena. Existe una evidente y constante lucha por mantener una faz limpia, una loable disciplina espiritual que el hombre puede adoptar. También, consideren la quietud de las profundidades, la paz, que reina en las regiones profundas del mar. En la superficie, el mar aparece inquieto, e incluso lleno de furia, pero en las profundidades está en paz. El hombre también tiene que ser como el mar, aceptándolo como su gurú. Acepten al mundo como su gurú en este Día Mundial del Maestro, el Gurú Purnima.
Prashanti Nilayam
26 VII 72