Discursos dados por Sai Baba
{SB 15} (42 de 59 discursos 1981 a 82)
42. 20/05/82 La triple pureza
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 11 cap. 44 )
La triple pureza
20 de Mayo de 1982
EL HOMBRE POSEE tres instrumentos que Dios le otorgó para cultivarlos y éstos, a la vez, lo hacen diferente de los animales; ellos se llaman en conjunto «triple instrumento». Cuando se utilizan al unísono y para propósitos benéficos, fomentan el progreso del hombre de la humanidad a la Divinidad. Cuando se desprecian, se dañan y se usan para satisfacer ansias sensuales, la humanidad se degrada.
La mente, el habla y la acción son los tres instrumentos otorgados al hombre. En la mente se originan todos los pensamientos del «sí» y «no», todos los impulsos de «hacer» y «no hacer’. Ella guarda toda impresión que los sentidos dejan en la conciencia y se deja esclavizar fácilmente por el encanto y el oropel. Aunque el nombre manas por el que se le conoce se deriva de su talento para manana (reflexión, introspección), a la mente se le dificulta practicar este ejercicio debido a su inestabilidad y saca conclusiones apresuradas. Atiende más al parloteo de la silenciosa conversación con el ego y no puede sobreponerse a la confusión originada por él; escasamente sopesa los pros y los contras.
El primer y más importante sadhana que deben adoptar es la disciplina del silencio interno, el poner fin al interminable diálogo con la mente. Dejen descansar la mente un momento, no proyecten en ella detalles irrelevantes que la contaminan con el humo de la envidia y la codicia. Cada idea que surge, sea buena o mala, queda impresa en la mente como si fuera papel carbónico; mantengan la mente estable y clara, no la agiten a cada momento con su diálogo interminable.
Existen tres caminos para aquietar a la veleidosa y vivaz mente:
1) La regulación del aliento. Inhalar y exhalar en una forma regular disminuirá la ansiedad de la lengua por la conversación; finalmente, desechará esa tendencia; 2) comprométanse en el servicio amoroso a los enfermos y desamparados, procuren dar enseñanza a unos pocos niños que no tengan a nadie que los guíe, hagan que sus pensamientos y actividades sean altruistas y sinceros. Así, el prurito de comunicarse con la mente será aliviado y sentirán que sus energías serán más fructíferas, comprometiéndose en servir a sus semejantes en lugar de hablar y discutir con su errática mente; 3) El tercer método para evitar este tipo de conversación es sadhana, el ejercicio espiritual, uno o varios de ellos, cumpliéndolos al pie de la letra y con seriedad. Puede ser la repetición de INombre, recitación de mantras, canto de himnos o práctica de posturas yóguicas. El mantra Gayatri es útil para este propósito; en verdad da resultados rápidos.
Sin embargo, hoy en día el hombre no está consciente de este problema, constantemente critica a sus semejantes y analiza su conducta señalando vicios y regodeándose en sus errores y fracasos, y su mente se corrompe y se mancha con ello. Transforma su mente en un periódico, subrayando los asaltos, crímenes y conflictos que acontecen día tras día. Así, la mente sufre una serie de golpes que la debilitan y aun los incidentes más triviales la agitan. ¿Cómo, entonces, se la puede usar para liberarnos de la esclavitud de los sentidos? La mente tiene que ser fuerte, firme, pura y libre, tiene que dársele descanso, de manera que las olas puedan apaciguarse para establecer la serenidad.
Los sabios prescriben reflexionar después de escuchar consejos positivos, y practicar los consejos después de la reflexión. La mente puede volverse pura, diáfana y poderosa con ello. Si se le extirpan los colmillos, la cobra puede dominarse sin peligro; cuando se eliminan el odio, la ira y la codicia, la mente obedece nuestra voluntad y puede usarse para propósitos más altos.
Ahora les hablaré acerca del mal hábito de hablar demasiado. El habla puede ser intrascendente pero también tener un alto valor, puede elevar y también hundir a un hombre; al escuchar una charla, un cero puede elevarse a héroe o un héroe puede volverse una nulidad, la charla puede inspirar o desesperar. El habla debe ser verdadera y dulce, no falsa y halagadora; el hombre debe esforzarse por que sus palabras carezcan de subterfugios, su cuerpo no sea presa de la crueldad, sus manos estén libres de violencia y sus pensamientos libres de rencor; el frenesí, el fanatismo, los arrebatos de ira tienen que ser controlados, porque conducen a desastres de alcances imprevisibles. Con la práctica constante, se puede recurrir también al voto de silencio. La mente también debe desistir de vagar cuando la lengua desiste de hablar. De otro modo, el voto no puede ser fructífero. Sean conscientes de que cada palabra que emiten u oigan dejará una impresión en su conciencia y provocará reacciones que pueden ser benéficas o nocivas. Ésta es la razón por la cual debe buscarse la compañía de Dios y de la gente buena.
El tercer instrumento es la acción. Cada acción tiene su reacción, ésta es la ley de la naturaleza, tan inevitable como los efectos del calor y el frío. Cada karma trae consigo una serie de consecuencias; las enfermedades físicas y mentales, el deterioro de la economía, la miseria en el hogar, todos son frutos de nuestro karma; no se pueden atribuir a Dios. El karma revela la naturaleza animal del hombre, sus virtudes humanas o su dedicación a Dios, así como las actitudes y deseos que yacen en su conciencia, provenientes ya sea de sus vidas previas o de la sociedad a la cual pertenece en ésta.
El error básico en todas las facetas de la vida en la actualidad, consiste en que las acciones no corresponden a las declaraciones. ¿Cómo es que hoy el mundo ha llegado al borde del colapso total? ¿Por qué está sufriendo de ansiedad y anarquía la juventud? ¿Es que hay carestía de libros en los cuales pueda aprender el hombre a cultivar los valores humanos, son escasos los gurús que enseñan a los hombres las potencialidades de los seres humanos, no existen instituciones comprometidas en concientizar a los hombres y prevenirlos contra las deplorables consecuencias de la pereza? Los mercados están repletos de libros que necesitamos; montañas de textos espirituales se ofrecen a los lectores; abundan los gurús, y sin embargo, la humanidad está todavía afligida por el temor y el odio, el descontento y la ansiedad. La razón consiste en el hecho trágico de que los escritores y divulgadores de conocimiento espiritual, los gurús y maestros, no demuestran con su ejemplo la validez y el valor de los consejos que ofrecen.
La gente va por ahí dando conferencias de un lugar a otro, sus charlas están llenas de citas de textos religiosos antiguos bien escogidas con el fin de impresionar a la gente y exhibir erudición; recitan partes de las Upanishads, del Gita, de los Brahma Sutras. ¿Cómo pueden transformar la mente de los estudiantes? La gente puede admirar la verborragia pero eso no la alimentará de fe y fervor. «La vida es un breve instante; antes de que se desvanezca, impregnen sus corazones de paz», dice un sabio; ganen la paz y compartan la paz; vivan en el amor e induzcan a otros a que crezca el amor en sus corazones.
El modo de vida indio hace hincapié en esta triple pureza del pensamiento, palabra y obra, en todo tiempo y en todo lugar. El proceso de vivir se puede reducir a una fórmula: «situación más esfuerzo» o «reto más respuesta». Así también, «el ser multiplicado al infinito es Dios», mientras que «la mente multiplicada al infinito es Hiranyagarba o voluntad cósmica». La mente puede actuar como un puente que conduce al hombre de lo tangible a lo intangible, de lo personal a lo impersonal; limpien la mente y moldéenla hasta hacer de ella un instrumento de amorosos pensamientos, de ideas amplias; limpien el habla y úsenla para alentar el valor y la amistad, limpien las manos; no permitan que recurran al daño y la violencia; déjenlas ayudar y conducir, sanar y guiar; éste es el más alto sadhana.
Prashanti Nilayam
20 V 82