Discursos dados por Sai Baba
{SB 04} (52 discursos 1964)
42. 04/12/64 La vida es el balance
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 04 cap. 30 ) EL BALANCE DE LA VIDA 4 de Diciembre de 1964 Kurnul LA INAUGURACIÓN del mercado de telas de Srinivasa es sólo una excusa para que yo venga a Kurnul y me reúna con todos ustedes, incluyendo los dos ministros, el doctor Lakshminarasiah y Alapaty Venkataramiah. La vida misma es un mercado, donde el toma y daca, el regateo y la especulación, son parte del juego. La vida tiene sus altibajos, y sus ganancias y sus pérdidas, sus balances y sus desengaños, sus alegrîas y sus penas. Pero dar devoción a cambio de liberación es el negocio más ventajoso de todos; y yo estoy interesado en hablarles sólo de esto. La devoción O bhakti no es simplemente adoración al Señor; es mucho más que eso. Principalmente, es el control de los sentidos, porque cuando se ofrece la vida como adoración, los sentidos no corren detrás de las cosas transitorias. Ellos se pueden controlar de esta forma porque el hombre no es un animal débil; está dotado de un poderoso poder espiritual y puede aprender a usarlo; puede utilizar este poder mediante la oración que atrae la gracia para llenar el reservorio de su corazón. El hombre doma al león y al elefante para que obedezcan sus órdenes; ¿no puede él domar sus emociones y pasiones? Hagan que su fuerza sea evidente en las adversidades; cuando todo va bien, se vuelven débiles; los golpes de la derrota son los que los endurecen y los convierten en héroes. Las dificultades que encontraron los organizadores de este mercado, como las que nos fueron descritas en el informe, muestran que ellas aumentaron la determinación de Ramalingiah y los otros para seguir adelante hasta vencer. Alapaty Venkataramiah es el ministro a cargo de los templos en Andhra Pradesh y los consejos que les dio ahora merecen su atención. El habló de la cultura de la India y de su excelencia. Puso ante la humanidad, para que ésta los reverencie, no a conquistadores y millonarios, sino a ermitaños y santos. Él también tiene un gran amor por el sánscrito, la lengua de nuestras escrituras y Shastras, que dan a esta tierra la inspiración para avanzar por el sendero espiritual del discernimiento y del renunciamiento. Las escrituras están formuladas de manera que sirvan a las más altas necesidades de toda clase de personas, cualquiera que sea su edad, su ocupación o su realización. Como una madre amante, los Vedas guían y cuidan a todos sus hijos, dondequiera que estén. Venkataramíah también dijo que la actitud de devoción es lo importante, no el nombre o la forma que la haya ocasionado. Asi, el Señor tiene miles de nombres. En verdad, todos los nombres son suyos; no hay un nombre que no sea suyo, Krishna, Srinivasa, Sai Baba, todos son nombres de la misma entidad. El cuerpo es utilizado por el alma individual (jiva) para realizar a Dios, la fuente de la cual ha venido el jíva. Por eso se dice que es muy afortunado para los seres vivientes el estar provistos de cuerpo humano. Estar dotados del deseo por las cosas del espíritu es la mayor fortuna. Un abuelo estaba acariciando a su nieto, un pequeño de cuatro años, cuando el niño le preguntó su edad. El abuelo dijo que tenía siete años, y el niño no lo creyó. ¿Cómo podía un muchacho de cuatro años tener un abuelo de siete? Pero el anciano dijo: “Mi querido muchacho! No me importan los sesentaitrés años que pasé en la oscuridad, hace sólo siete años que logré llegar bajo la influencia de un gurû, quien me abrió los ojos y me condujo por el camino de la realización. He vivido solamente siete años hasta ahora; el resto, podría muy bien ignorarlos como perdidos. Siempre hablo la verdad y esto es la verdad». Ésa es la actitud apropiada. No se queden admirados y boquiabiertos ante los logros de ingeniería de países que son capaces de lanzar un cohete alrededor de la tierra o sobre la luna o inventar una bomba que puede aniquilar una ciudad completa, Ésa es la culminación de la contienda por la muerte y el dominio sobre otras naciones. Ese camino conduce solamente a la miseria, a la perdición, al odio y al desperdicio. La competencia es sobre quién ganará más en menor tiempo. Todo esto sucede porque el hombre se toma equivocadamente como sólo un haz de sentidos embalado en este cuerpo, cuando en verdad, es una chispa de la Divinidad en espera de iluminar a la inteligencia. La India ha estado anunciando esta verdad al mundo desde hace siglos; ésta es la tierra donde personalidades divinas, santos, sabios y avatares que llevaban la auténtica imagen de Dios, han demostrado que nada puede dar al hombre paz y contento como la contemplación del Atma universal. El pobre campesino que arroja una moneda en el rio Godavari al pasar sobre el puente puede aparecer ante el patán medio educado que fuma en el rincón como un tonto que ha malgastado una preciosa moneda de la cual podría haber hecho mejor uso, quizá comprando cigarrillos. Pero lo que él hizo es un acto espiritual; él sentía que el Godavari era como una madre viviente, que daba alimento a los hombres y al ganado, y su moneda no era únicamente una moneda, sino una actitud de la mente, un símbolo de gratitud, una flor de adoración. Él tenía sentimiento átmico (Atma-bhava), mientras que el crítico que lo desdeñaba estaba sufriendo de todo lo contrario (Anatma-bhava). El Dharma hindú enseña al hombre a ver y a desarrollar su sentimiento átmíco no solamente con toda la humanidad que está ligada por el mismo vínculo de parentesco, sino con todos los seres y toda la naturaleza. El hombre no está aislado; es uno con todos. Todos tienen que ser servidos, todos tienen que conocerse, pues el Señor es este todo. |