Discursos dados por Sai Baba
{SB 15} (42 de 59 discursos 1981 a 82)
33. 22/11/81 Una universidad ideal
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 11 cap. 36 ) Una universidad ideal 22 de Noviembre de 1981 ¡ESTUDIANTES! ¡ENCARNACIONES del Amor Divino! ¡Educadores! ¡Promotores de la educación!: Cuando desciende nuestro nivel educativo, la congoja se apodera de nuestros padres, cuando decae la moral y las virtudes espirituales, nuestra madre patria lamenta su destino. Debemos mitigar la pena de nuestra madre física y cultural y promover la paz y la prosperidad de nuestra patria. Sólo los estudiantes tienen el entusiasmo y la habilidad necesarios para esta tarea. En esta tierra, reverenciada como una mina de riqueza espiritual, el dharma (el deber) está declinando día tras día; la maldad, la injusticia, la violencia, los actos antisociales y la falsedad atacan furiosamente, y se tolera esta danza infernal en vez de oponerse a ella. En esta era de Kali, los estudiantes tienen que erguirse como cachorros de león, restableciendo la paz y restaurando el dharma en la vida individual, social y nacional. ¡Estudiantes!: Recuerden que todos aquéllos que aceptamos como líderes, que respetamos porque ejercen cargos de autoridad, a quienes veneramos como nuestros mayores, también fueron, hace algunos años, estudiantes. Ustedes, en su momento, serán los líderes, los detentadores del poder y las personas reverenciadas del mañana. Por eso, no olviden su destino. La patria no es un pedazo de tierra. Cuando deseamos su progreso, tenemos que promover el bienestar de la gente que la habita; las habilidades necesarias para el renacimiento y la reforma de los hombres se encuentran sólo en los estudiantes. El proceso de reforma implica la remoción, en la vida diaria, de la mala conducta y de los malos hábitos, la práctica de la buena conducta y buenas acciones. El valor de un hombre puede medirse por los esfuerzos que hace para reformarse. En estos días, el gobierno carece de autoridad para enmendar a la gente y ésta no tiene poder para enmendar al gobierno. Los estudiantes son la verdadera base de la nación, y cuando la base es fuerte, el edificio es seguro; para construir buenos cimientos, la gente, los gobernantes, los padres, los maestros y los estudiantes tienen que coordinar sus planes y sus esfuerzos; estos cinco elementos, estas cinco fuerzas vitales, tienen que trabajar juntas para lograr ese fin. La solución del problema es sólo una: la luz de la verdad tiene que ser alimentada y difundida en el campo de la educación. Los estudiantes caminan por el sendero equivocado, no porque ellos sean intrínsecamente malos, sino porque están infectados por la corrupción presente en todos los campos. La nación no puede progresar únicamente a través de reformas del sistema educativo. El proceso educativo es, básicamente, un esfuerzo sagrado; hay muchas lecciones que aprender, muchas tareas que cumplir, muchos puntos que observar mientras tratamos de mejorarlo. En tiempos antiguos, la excelencia moral era la meta de este esfuerzo. Después de ganar esta excelencia, aún hoy, los estudiantes pueden vagar libres y sin temor en el reino de la educación, como leones en la selva. Ellos no deben degradarse descendiendo al nivel de ladinos, engañosos y depredadores chacales o lobos; ya no hay leones en la jungla de las instituciones educativas, sólo lobos y ovejas. El conocimiento de una pila de libros no hace a una persona educada. Dondequiera que haya estudiantes, el lugar debe brillar con el destello de la paz y la seguridad; debe irradiar un aura de santidad. Sin embargo, ¿tenemos paz y seguridad en los recintos escolares hoy día? No, la verdadera educación debe juzgarse en cuanto inculque la preocupación por los demás; los estudiantes deben crecer para ser guardianes de la gente; como futuros protectores y gobernantes, ellos deben prepararse para el servicio nacional. Sobre los hombros de los estudiantes de ahora descansa la tarea de hacer grande a la India. El sistema educativo tiene que reformarse de nuevo, de manera que los estudiantes puedan cumplir la tarea de hacer más brillante el futuro de esta tierra. ¡Encarnaciones del Amor!: Todo hombre desea adquirir bienaventuranza. ¿De dónde puede adquirirse bienaventuranza? Sólo la fe puede ganar bienaventuranza, la paz puede obtenerse sólo mediante la fe; la fe es el manantial de la alegría. Pero actualmente vemos sólo pena dondequiera que posamos nuestros ojos. ¿Por qué pasa esto? Porque el hombre ha perdido la fe, no tiene fe en sí mismo. ¿Cómo puede obtener bienaventuranza? ¿Cómo puede una persona que no tiene la fe suficiente para vivir feliz unos pocos días, ganar la gracia de Dios? En estos días en que la educación ha registrado avances extraordinarios, el hombre ha perdido la fe en lo más grande y supremo: Dios. Se pregunta: ¿Qué es exactamente Dios? Y se argumenta: ¿Es que hay Dios? Bien. Yo probaré que no hay Dios. Busquen la verdad; estarán buscando a Dios, la verdad es Dios, la verdad existe; así también, Dios existe; Dios es, porque la verdad es Dios; el que niegue la existencia de la verdad no puede ser un hombre. ¿Puede haber un Dios más grande que la verdad? La actual condición humana está llena de falsedad y sumida en la maldad; por eso, nadie puede comprender el significado de la verdad. La verdad es entendida en general como decir exactamente lo que se ha escuchado. No; éste no es el significado de la verdad. Lo que se ha escuchado sufre cambios; la verdad no cambia, es la misma en el pasado, presente y futuro; tengan fe en que la verdad existe y puede ser experimentada. La fe es el aliento mismo de la vida; sin ella, el hombre es sólo un cadáver. Muchos son presa de la soberbia por el grado de educación que han obtenido mediante el estudio. Pero, ¿de qué sirve cuando no juntan sus palmas en adoración a Dios? La humildad es la característica del saber. Si esta señal está ausente, el «educado» es un tonto; la humildad es el producto del conocimiento de Dios. Por supuesto, el estudio del mundo material es importante, no debe desdeñarse, pero el estudio del corazón átmico del hombre es esencial. Otros estudios se relacionan con los cinco elementos, la energía, la composición del mundo objetivo, la manipulación de las fuerzas naturales para vivir más cómodamente. ¿Cómo es que gira la Tierra y por qué? ¿Qué tan lejos está el Sol de la Tierra y las estrellas? ¿Cuán lejos alcanzan los rayos del Sol? ¿A qué distancia pueden viajar en un minuto? Es más importante estudiar y observar cuán amplio es su corazón, cuánto beneficio ha obtenido la sociedad de ustedes, cuáles son los sadhanas que pueden hacerlos más buenos y útiles, qué tan conscientes están ustedes de su principio interno, cuál es exactamente el propósito y el objetivo de su existencia. Bhagavantam ha dominado los pormenores acerca de los hechos materiales del mundo que les he mencionado antes; también los ha enseñado a muchos estudiantes suyos y ellos, a su vez, los han enseñado a otros que también eran estudiantes; eso fue todo. Él sabía e hizo saber a otros lo que sabía, esos otros sabían y transmitieron ese conocimiento a otros. Así se ha extendido de un grupo de personas a otro. Este progreso, ¿ha aumentado la paz y el progreso del mundo? No ha ayudado para nada. Al acumular erudición, el hombre pierde a la vez bondad para amar a su vecino e interés por descubrir sus problemas y ansiedades para brindarle alivio. Se está volviendo más y más egoísta. ¡Encarnaciones del Amor!: No piensen de otra manera; cuando la verdad se conoce, uno se vuelve apto para enseñarla. Las personas educadas de hoy están afligidas por el egoísmo. ¿Por qué? Ellas se han vuelto tan desvalidas por esta enfermedad que no prestan atención a la aflicción, ni siquiera de sus padres; esto no es signo de educación. La educación debe ampliar el corazón y expandir nuestro amor. La fortaleza y la ecuanimidad pertenecen a la re Los estudiantes se esfuerzan de diversas maneras para adquirir distinciones; no se esfuerzan para obtener virtudes altamente estimables, ni siquiera una milésima parte de ese esfuerzo se dirige a adquirir virtud. Ellos están ansiosos de obtener buenas calificaciones; no tratan de evitar las advertencias y asegurar una buena reputación. Esfuércense por tener una vida buena, buena conducta, buenos pensamientos, buenas oportunidades. ¡Estudiantes!: Ustedes saben que hay, ahora, ciento ocho universidades en la India. Esta universidad es la número ciento nueve, una más que ese número tradicional. Que todas las universidades tengan éxito y sirvan bien al país. No obstante, esta universidad debe ser distinta del resto y adquirir una jerarquía única, debe ser el ideal para otras. Para esta realización, los estudiantes, maestros, padres, gobernantes, el pueblo, todos deben cooperar. El haber inaugurado una un ¡ve rsidad no puede ser una fuente de completa satisfacción para mí. Tiene que nutrirse y dar fruto. Es como aceptar de regalo a un elefante; trae consigo la responsabilidad de alimentarlo y utilizar sus potencialidades beneficiosamente. Si ocurriera algún error al conducir un elefante, éste correría frenéticamente y destrozaría vidas. Los estudiantes y los profesores son un capital valioso para hacer la universidad ideal. Junto con temas relacionados con el conocimiento del mundo, esta universidad impartirá instrucción en códigos morales y éticos y disciplinas espirituales. Tiene como meta el cultivo de las mentes de los estudiantes sobre esas líneas. Virtud, pureza de mente, apego a la verdad, dedicación al Supremo, disciplina y devoción al deber, son las cualidades que serán alimentadas y fomentadas en esta universidad. Centros de aprendizaje de este tipo fueron establecidos en tiempos antiguos por los sabios y videntes de la India y, como resultado de su sacrificio y esfuerzos, ellos legaron para la posteridad la herencia inestimable de la cultura bharatiya. Esta cultura ha brotado de la visión que ellos tuvieron de Dios en cada átomo de la creación. Ella proclama: Dios reside no sólo en las imágenes del templo, sino en cada átomo y célula, sin excepción. Los bharatiyas han permitido que esta cultura, amplia, sublime y eterna, se escape de sus vidas, en la frenética persecución de culturas extrañas, ilusorias, triviales y provocadoras. ¡Estudiantes! ¡Maestros! ¡Devotos aquí reunidos! ¡Autoridades!: Éste es el día de inauguración de nuestro instituto. El árbol ha sido plantado hoy, los estudiantes son sus raíces y extenderá sus ramas por doquier; innumerables flores brotarán; fomentará y proveerá paz y seguridad para el mundo. Para que pueda cumplir este objetivo, los estudiantes, como las raíces, deben ser regados para que emerjan las flores y frutos. Los estudiantes son mi todo. Si me preguntan cuál es mi propiedad, muchos esperarán que la respuesta sea: «¡Oh!, todos estos edificios, esta vasta extensión de terreno»; pero mi respuesta será: «Toda mi propiedad consiste en mis estudiantes». Yo me he ofrecido a mí mismo a ellos. Sin embargo, muchos no están conscientes de este hecho; algunos infortunados no pueden creer en la realidad de este amor, el amor de mil madres. Esos que no pueden medir la intensidad del afecto de una madre por su hijo, ¿cómo pueden, alguna vez, concebir la posibilidad y la existencia del amor de mil madres? «Cuando el desastre amenaza, la razón se trastorna», reza el adagio. Aquéllos se arruinan por negar tal amor. Yo sé que no todos los miles de frutos que da un árbol maduran y son comestibles, algunos se los roban, otros se pudren, a otros los atacan las plagas; sólo unos pocos maduran y confieren deleite a otros. En una carrera no todos ganan el primer lugar, muchos caen a lo largo de la ruta; si al menos unos pocos estudiantes se elevan a la altura de los ideales que nos hemos fijado, tengo confianza en que este país pueda ser próspero y feliz. Las características principales de Sathya Sal, déjenme decirles, son: ecuanimidad, paciencia, clemencia, tolerancia. Hay quien se complace en criticar y calumniar; muchos periódicos publican toda clase de artículos e imprimen muchos carteles; un sinfín de cosas suceden en el mundo; mi respuesta a todo esto es una sonrisa; tales críticas y deformaciones son el inevitable acompañamiento de todo lo bueno y grande. ¡Sólo al árbol cargado de frutos le tira piedras la gente codiciosa; nadie arroja una piedra al árbol sin frutos! Hay otros que sufren de envidia ante el creciente número y fenomenal progreso de las organizaciones de servicio y de las instituciones educativas de Sathya Sal, inventan falsedades y causan agitación. ¡Encarnaciones del Amor!: Aun si el mundo entero se opusiera, no puede afectarme; nada me afecta. Mi misión es esencialmente mía, estoy comprometido en hacer el bien, mi corazón está siempre lleno de bendición, no tengo ego; no poseo nada. Ésta es mi verdad; los que tengan fe en esto, en mi verdad, no dudarán en dedicarse a ella; los que tienen fallas y dudas reaccionan con cólera y miedo, pero las personas carentes de ellas no reaccionarán así. Estoy consciente de esto; sin embargo, estoy siempre en bienaventuranza, bienaventuranza, bienaventuranza. Muchos devotos de otros países me desean «feliz cumpleaños». Yo les digo: «Siempre estoy feliz; deséenlo para aquéllos que son infelices». No es necesario desearme que tenga bienaventuranza. Yo soy feliz todo el tiempo. Cultiven la fe en Dios y el amor hacia sus semejantes, y sigan siempre las directivas que yo les doy. Auditorio Purnachandra 22 XI 81 |