Discursos dados por Sai Baba
{SB 29} (53 discursos 1996)
33. 16/08/96 Dios es el único refugio
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 29 cap. 33 ) Dios es el único refugio 16 de Agosto de 1996 La forma del amor es Brahman; Brahman está saturado de amor; el amor sólo está ligado al amor. Si uno está lleno de amor es elegible para la unión con Dios. Uno no obtiene la liberación de los cielos en lo alto, ni de los mundos inferiores, ni de la tierra, sino mediante la destrucción del nudo de la ignorancia en el corazón, declara el Shruthi. ¡Encarnaciones de Amor! La liberación no caerá del cielo. Tampoco puede provenir de Pathala (el mundo inferior). No se la puede hallar en la tierra. La liberación puede ser alcanzada sólo cuando se desvanece la ignorancia. En este vasto universo, cada criatura vive de acuerdo con la ley de su Ser. Sólo el hombre, que posee el regalo de este extremadamente precioso nacimiento humano, es incapaz de comprender el propósito de su existencia y no presta atención a sus deberes. Inmerso en los placeres sensuales mundanos, el hombre olvida su destino espiritual. Toda la erudición es inútil sin la realización del Ser. Ravana, Bhasmasura y Kamsa no carecían de erudición o incluso de prácticas religiosas. Pero las mismas estaban relacionadas con el Pravritthi-marga (lo externo) y no con el Nivritthimarga (el cultivo del Espíritu interior). En consecuencia, sus cualidades demoníacas básicas no cambiaron. Sólo cuando los pensamientos impuros e impíos sean expulsados de la mente, entrarán en ella los sentimientos sagrados. Para experimentar la bienaventuranza perdurable, el corazón ha de ser santificado llenándolo de amor. Mediante ese amor se ha de obtener Jnana (la sabiduría más elevada). El objetivo de la juventud El principal objetivo que ha de proponerse la juventud moderna es sembrar las semillas del amor, cultivar la planta de la tolerancia y distribuir los frutos de la paz en la sociedad, a través del servicio dedicado. El secreto de la paz no reside en el mundo externo sino en el interior de cada individuo. El hombre debe comprender que todo el universo está saturado por lo Divino. Hoy el mundo está lleno de rivalidad. No es posible establecer una distinción entre un ser humano y un demonio. El hombre, que evolucionó del animal, en lugar de avanzar hacia Dios está retrocediendo hacia la animalidad. El deber primordial del hombre es sostener los valores humanos de Verdad, Rectitud, Paz y Amor. Hoy, el hombre está envuelto en el apego y el odio. En el instante en que los deseche, realizará su Divinidad. ¡Estudiantes! Deben comprender que la senda espiritual es más fácil que los estudios académicos que ustedes prosiguen. La educación debe servir para refinar el corazón, no para llenar la mente de aserrín inútil. (Bhagavan cantó dos poemas en los que desaprobaba la preocupación por obtener empleos para llenar el estómago, olvidando al Supremo Señor). Hoy, el país ha perdido todo sentido de ética y de valores espirituales. Las prácticas malvadas se han difundido por todas partes. El egoísmo incontrolado y los deseos insaciables son la causa fundamental de los males actuales. ¿Acaso hay felicidad perdurable en la búsqueda de objetos mundanos? En absoluto. (Swami cantó estrofas de Bhaja Govindam para recalcar que la juventud, la riqueza y la progenie son todos efímeros). Más adelante, luego de haber atravesado todas las experiencias de la vida familiar, el hombre busca una felicidad que lo elude incluso en sus últimos años. ¿Dónde ha de hallarse la felicidad? Thyagaraja dio la respuesta cuando cantó que la felicidad no se obtiene mediante la riqueza sino sólo a través de la adoración de Sri Rama. La gloria del sacrificio No se pueden obtener comodidades mundanas mediante súplicas. Sin embargo, siempre ha de mantenerse en mente el objetivo espiritual. Debe haber un límite para el disfrute de placeres sensuales. El dinero que se gana debe ser usado para el bien público. La cultura Bharateeya siempre ha glorificado la cualidad de la renuncia. La inmortalidad puede alcanzarse sólo mediante el sacrificio, declaran las Escrituras. Los estudiantes deben comprender que sólo el amor de Dios es totalmente desinteresado e ilimitado. Incluso el amor de los padres, la esposa o los hijos posee cierto tinte de egoísmo. Dediquen todas sus acciones a Dios. Entreguen a Dios todas sus malas cualidades. Dios les ofrecerá lo que es bueno para ustedes. ¿Cuán buenas son las relaciones? En este contexto, me gustaría relatarles la historia de un estudiante que, a menudo, iba a estudiar a la ermita de un preceptor en un bosque. El gurú solía enseñarle al estudiante que de nada servía depender de la madre, el padre, los hermanos, las relaciones o la riqueza y la propiedad. Todos ellos son transitorios. Por lo tanto, debía mantenerse en guardia. “Thasmath. ¡Jagratha! ¡Jagratha!”. También solía enseñarle que la vida está llena de pesar hasta el mismo fin y por eso él debía estar siempre alerta. El muchacho le dijo al gurú que sus enseñanzas podían ser adecuadas para ermitaños como el gurú, pero que no eran pertinentes para personas comunes como él. Le dijo al gurú: “Mis padres son excepcionales, mi esposa es buena; si yo no estoy, ella no probará su alimento. Todos ellos me aman. ¿Cómo podría repudiarlos?”. El gurú respondió: “Te probaré la verdad de mi enseñanza”. Le dio una píldora al estudiante y le dijo que luego de tomarla casi parecería estar sin vida, pero sería consciente de todo lo que ocurriera a su alrededor, aunque los demás lo consideraran muerto. “Entonces sabrás la verdad.” El muchacho regresó a su hogar, tomó la píldora y cayó muerto (o eso parecía). La madre llegó, llamó al padre y comenzó a sollozar por la muerte del hijo. La esposa salió al oír sus gritos y, al ver el cuerpo del esposo, comenzó a llorar. “Soy la única hija de mi padre. Si mi marido se va, ¿qué me pasará?”. Todos los que sollozaban sobre el cuerpo exclamaban: “¿Qué me pasará a mí?”. Otros parientes también se congregaron allí y lamentaron la muerte de un joven tan virtuoso y orientado hacia lo espiritual. En ese momento llegó el preceptor. Todos le abrieron paso. El gurú preguntó a la madre, al padre y a la esposa por qué se lamentaban. Todos mencionaron la gran pérdida que habían sufrido al morir el joven. “¿Qué me ocurrirá a mí?”, era el estribillo que repetían. El gurú le pidió a la madre que trajera un vaso con agua. Cerró los ojos como si estuviera orando y luego les dijo: “Si alguien bebe el agua, esa persona morirá, pero el joven volverá a la vida”. Primero le ofreció el agua a la esposa, siendo ella la que el joven más amaba. Ella dijo: “Soy la única hija de mis padres. Si yo muero, ellos se derrumbarán. Por lo tanto, no puedo beber el agua”. El gurú dijo: “Tu esposo vivirá. ¿Por qué no entregas tu vida?”. Ella respondió: “El muerto ya no está, de todos modos. ¿Por qué habría de morir yo?”. Luego, el gurú le hizo la pregunta a la madre. Ella dijo: “Mi hija acaba de dar a luz. Se encuentra débil. Y tengo que casar a otras dos hijas. ¿Cómo podría dejarlas?”. Cuando se le preguntó al padre, éste respondió: “Soy la cabeza de la familia. Si yo muero, sólo quedarán dos mujeres en la casa, mi esposa y mi nuera. Mi esposa se convertirá en una viuda. Sin un hombre en la casa, estarán desvalidas. ¿Cómo podría entregar mi vida?”. Los tres se rehusaron a beber el agua. Entraron en la casa y trazaron un plan magistral. Salieron y dijeron: “¡Swami! Tú eres inmensamente compasivo. No tienes ningún apego. Por favor, bebe tú mismo el agua y devuélvele la vida a nuestro hijo. Construiremos un samadhi de mármol para ti”. En ese instante, el gurú roció el agua sobre el Éste se levantó. El gurú le preguntó: “¿Qué dijo tu esposa? ¿Y tu madre y tu padre?”. Él respondió: “Todos dijeron: que yo muera”. Sólo el amor de Dios es desinteresado El gurú observó: “El mundo es transitorio. El nacimiento es aflicción, la vejez es aflicción. Hay problemas con la esposa. La vida entera es desdichada. Por lo tanto, ¡tengan cuidado!”, dice un shloka sánscrito. Mientras uno tiene vida, todos parecen amar el cuerpo. Esto también se debe a razones puramente egoístas. Sólo Dios es completamente desinteresado. Amando a ese Dios, pueden vivir sus vidas de un modo normal. No hay nada malo en ello. Hagan lo que hicieren, considérenlo una ofrenda a Dios. Vean a Dios en todos. No sientan mala voluntad hacia nadie. No sientan apego excesivo hacia nadie. Dirijan todos los apegos hacia Dios. Amen a todos, pero no dependan de nadie, salvo de Dios. Tomen conciencia de la transitoriedad del cuerpo y depositen su confianza únicamente en Dios. Busquen refugio en Él. La fe es lo más necesario hoy, en esta era de Kali. La falta de fe es la responsable de todos los conflictos y el caos en el país. ¡Queridos estudiantes! Ustedes son las víctimas de una educación puramente secular que carece de raíces espirituales. Lo más a menudo que puedan, cuando tengan la oportunidad, mediten en Dios. Eso les asegurará un buen futuro. Gánense la estima de la sociedad mediante el servicio. Discurso pronunciado el 16-8-1996. |