Discursos dados por Sai Baba
{SB 15} (42 de 59 discursos 1981 a 82)
32. 21/11/81 Los cinco dedos
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 11 cap. 35 )
Los cinco dedos
21 de Noviembre de 1981
EL COSMOS TIENE sólo un amo, Dios, la Suprema Conciencia Omnímoda, Chaitanya. Ella da energía y dirige todo el cosmos. Ella impele todas las actividades del hombre. El hombre no es más que un instrumento que Chaitanya maneja. Dios no está limitado por el tiempo, el espacio o las circunstancias; en cambio, el cuerpo, la mente, el intelecto, los sentidos, sus deseos, todos ellos, son moldeados y modificados por el tiempo, el espacio y las circunstancias. Cuando no cree en este hecho fundamental, el hombre imagina falsamente «yo estoy haciendo esto», «yo planeo esto». Es la Suprema Conciencia Omnímoda la que desarrolla las habilidades, impulsa los sentidos y hace funcionar el intelecto.
Todas las actividades del hombre deben llevar a la purificación de sus niveles de conciencia. Cuando aquéllas se hacen como ofrenda a Dios, ayudan de manera considerable a este proceso de purificación. La forma en que trabaja, conforma el destino del hombre. El trabajo se sublima convirtiéndose en adoración que, a su vez, fructifica en sabiduría. La flor es el trabajo (karma), el fruto que brota es adoración (bhakti) y la dulce fruta madura es sabiduría (jñana). Es un continuo y espontáneo proceso esta realización espiritual del aspirante espiritual, del servidor. Es semejante a la niñez, la juventud y la edad madura, cada una imperceptiblemente transformándose en la etapa siguiente.
Mientras estén comprometidos, como ustedes lo están, en el karma, la acción de servicio como sadhana (disciplina espiritual), enfrentarán muchos obstáculos. Pero ésa es la naturaleza del mundo en el cual actúan, es un mundo de características duales: bueno y malo, alegría y pena, progreso y retroceso, luz y sombra. No pongan atención a esto; hagan lo que llegue ante a ustedes como un deber, y háganlo lo mejor que puedan, orando a Dios. El resto está en sus manos. Mahoma predicó el monoteísmo y fue expulsado de La Meca. Jesús predicó misericordia y caridad y fue acusado de traición. Harischandra se negó a ir contra la verdad y esto lo llevó a tal situación, que tuvo que vender como esclavos a su esposa e hijo. Así, cuando ustedes se obstinan en el sendero de la verdad y la rectítud, el dolor y la pobreza los persiguen. Pero éstas son nubes pasajeras en el cielo que sólo por breve tiempo ocultan el esplendor del sol.
El karma es un sadhana cuando se hace como seva (servicio desinteresado). Actuar con esta actitud es de lo más beneficioso para la persona que lo hace así como para los demás. El servicio es el mejor uso que puede dársele al cuerpo. De hecho, ustedes no están haciendo servicio a otros, se lo están haciendo, siempre, a ustedes mismos, al Dios que hay en ustedes y que está igualmente presente en los demás. El comité de servicio se ha establecido para inculcar en la mente de la juventud este sublime ideal. Cada uno de ustedes no puede participar en todos los proyectos de servicio, por eso las actividades o karmas han sido demarcadas en tres categorías y a los miembros se les da la opción de elegir una u otra para que colaboren en ella: 1) los que han estudiado por encima de cierto nivel pueden ocuparse de actividades educativas; 2) otros pueden ocuparse en actividades relativas a la educación de la salud y protección de las condiciones de vida en barrios y aldeas, y 3) pueden visitar hospitales, etcétera, derramando alegría entre los enfermos.
Cada año, durante la semana del cumpleaños, celebramos algunas conferencias. Las resoluciones que aquí tomamos después de discusiones no deben archivarse sino ponerse en práctica en la vida diaria. Las organizaciones caen fácilmente en la mera publicidad y la presunción. Las Organizaciones Sathya Sai de Servicio deben ser un ejemplo e inspiración para todos. Sólo la práctica puede profundizar su fe y justificar el aprecio y afecto que nuestras organizaciones han ganado.
No proclaman que están haciendo servicio una vez al mes o tres veces al año. Eso revela pereza, falta de entusiasmo y de fe. ¿Comen ustedes sólo una vez al mes? ¡Su hambre no se apacigua aunque hagan cuatro comidas al día! Su hambre espiritual sólo puede calmarse con un servicio más frecuente, al menos dos o cuatro horas al día. Cada uno de ustedes desperdicia más horas al día en murmuraciones y habladurías; mejor que estos pasatiempos inútiles, es visitar hospitales o aldeas, o barrer y limpiar mercados o estaciones de camiones.
Esos pequeños actos de servicio pueden darles grandes beneficios espirituales. Primero que nada, destruirán su egoísmo. El orgullo transforma amigos en enemigos; el orgullo mantendrá lejos aun a los parientes; arruinará todo buen proyecto. El servicio desarrollará en ustedes la cualidad de la humildad, la cual les permitirá trabajar en feliz unión con otros.
Tenemos en nuestra organización presidentes a nivel de estado, de distrito, coordinadores estatales, etcétera, pero esas posiciones no deben ser usadas para entronizarse uno mismo y ejercer autoridad. Tales puestos se asignan a las personas cuyas vidas puedan ser ejemplos de servicio hecho práctica espiritual. Sin embargo, algunos presidentes de estado son demasiado orgullosos como para participar en esas actividades. Los líderes deben guiar; no empujar a los demás desde atrás. Los presidentes estatales deben guiar a los otros, dándoles instrucción e inspiración. Si no pueden o no lo hacen, no tienen derecho al cargo.
. Asimismo, ustedes deben trabajar, juntos con alegría, como hermanos y hermanas. Cuando surge entre ustedes alguna diferencia de opinión, ¿cómo puede el servicio hacerse con atención y entusiasmo? Tienen que conciliar tales diferencias en silencio y con amor, y colocar al servicio en el primer plano de sus actividades. Cuando el servicio llama, todos deben acudir juntos como uno solo. No debe haber política en esta labor; ni el menor rasgo de ella debe contaminar el servicio que ustedes hacen, ninguna idea de distinción debe manchar su pensamiento. No hablen duramente a nadie; algunas personas que tienen un cargo en la organización se permiten un lenguaje duro, desagradable. Cuando efectúan un ritual, adoran a Dios como «El que habla suave y dulcemente», una descripción significativa del Señor. A través de la palabra suave y dulce podemos transformar incluso a las personas demoníacas en individuos decentes. De las palabras brota la miel, son flores fragantes; las palabras encierran la sabiduría védica; las palabras pueden construir un cielo o un infierno. Pueden encarcelarlos o darles la libertad.
Cuando algún presidente o directivo provoca divisiones o diferencias entre los devotos, trátenlo como a una plaga, como a las termitas, y destitúyanlo. Vigilen que no penetren en la Organización.
Todos los grupos deben trabajar como una entidad única, como los dedos de nuestra mano. El Centro es el pulgar; la sección femenina es el índice; el comité de servicio es el dedo medio; el área educativa para niños es el anular, y el meñique es el grupo de cantos devocionales. Me parece que hay poca cooperación entre estos grupos ahora; ¡es sólo «operación» lo que ocurre! Tengan como ideal a grandes servidores como Hanumán. El servicio al hombre es servicio a Dios. En el Purusha Sukta del Rig Veda, a Dios se le describe con mil cabezas, mil ojos, mil pies. Eso significa que todas las cabezas son de Él, todos los ojos son sus ojos, y todos los pies son de Él. Así, el servicio es el mandato de los Vedas para el hombre.
Enseñen a los analfabetos en las aldeas a leer y escribir y amplíen su visión. Visiten los barrios pobres de las ciudades e instruyan a la gente sobre cómo evitar la enfermedad y mantener la salud. Den la bienvenida a los habitantes de los barrios en sus grupos y trabajen junto con ellos para limpiar el lugar y hacerlo atractivo. Una vez que emprendan el servicio, descubrirán muchos caminos para hac
erlo bien.
Primero cultiven la humildad y la compasión. Después, aprendan el conocimiento y la habilidad requerida para el proyecto determinado. De este modo pueden ustedes dar sentido a su vida. Por estos medios pueden aumentar la bienaventuranza de la persona que les ha dado la oportunidad de brindar este servicio a sus semejantes.
Prashanti Nilayam
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