Discursos dados por Sai Baba
{SB 17} (31 discursos 1984)
30. 25/12/84 Asegúrense el amor de Dios
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 17 cap. 30 )
Asegúrense el amor de Dios
25 de Diciembre de 1984
¡Encarnaciones del Divino Âtma! Olvidando su verdadera naturaleza, el hombre pasa su vida en la persecución y disfrute de placeres engañosos y evanescentes y de deseos mundanos. Sin embargo, ¿obtiene el hombre la paz no importa cuánto éxito tenga en los placeres mundanos? No. Finalmente, termina su vida en descontento y desesperación. Ignorando la pura, eterna, infinita verdad divina en él, el hombre fomenta rasgos animales y demoníacos.
¿Cuál es la razón de esta traición a su verdadera naturaleza, que hace que su vida carezca de sentido? Es porque descuida el código que gobierna la vida basado en los controles y la rectitud. El viejo adagio dice: “El dharma, la rectitud, está en la raíz de todo. Es la virtud más elevada.” La moralidad es el corolario del dharma. La moralidad no sólo significa la observancia de ciertas reglas en el mundo de cada día. Moralidad significa adherencia al camino derecho y sagrado de la conducta correcta. Moralidad es el florecimiento de la buena conducta. Es el camino real hacia la meta suprema del logro humano. El honor de la comunidad descansa en la moralidad. Sin moralidad una comunidad degenera. Sólo la moralidad hace o deshace la comunidad.
El verdadero amor no tiene egoísmo en sí
Sólo en un individuo moralmente fuerte encuentra la personalidad humana su mejor expresión. El término personalidad puede ser aplicado sólo a uno que por su conducta manifiesta la divinidad oculta e inmanifestada dentro de sí. La mera forma humana no lo hace a uno una personalidad humana. Es el comportamiento el que cuenta. Sólo aquellos que llevan vidas bien reguladas pueden ser considerados como verdaderos seres humanos que manifiestan su verdadera naturaleza. Grandes personajes históricos como Manu, Nala, Raghu, Bali y Harishchandra fueron ejemplos de las más altas expresiones de excelencia humana. Jesús también fue una de esas personalidades que manifestó la perfección de la que el hombre es capaz. El Profeta Mahoma fue otra figura histórica que llevaba una rigurosa vida de rectitud y esfuerzo espiritual.
Amor es otro nombre para el dharma. El verdadero amor es inapreciable. No tiene traza de egoísmo en él. No cambia, es puro y sin mácula. Siempre crece y nunca disminuye. Es espontáneo. El amor de Dios es de una naturaleza tal: es espontáneo, libre de egoísmo, inalterable y siempre pleno. El amor humano ordinario es motivado por consideraciones egoístas. Es susceptible al cambio debido a variaciones en el tiempo o las circunstancias. Para personas inmersas en tal amor, es difícil comprender o tener conciencia de la grandeza del amor divino. El filósofo inglés Bacon ha señalado cómo el amor de Dios es todoabarcante e incambiante y cómo puede crecer en un amor universal.
El incomparable amor de Sai para todos y para cada uno
El amor lleva el manto de la verdad. Y el que está casado con la verdad es siempre joven y vigoroso. Los Upanishads han declarado que el seguidor de la verdad no conocerá la vejez. La Biblia también declara que el cuerpo se fortifica por la adherencia a la verdad. La verdad no debe estar confinada al habla. Debe expresarse en la acción. Sólo aquel que es veraz en palabra y acción puede ser estimado como un genuino ser humano, de acuerdo con el Profeta Mahoma. El budismo también establece que cada quien, sin importar sexo o país, debe vivir de acuerdo a la verdad.
Pueden creerlo o no. Debo decirles que la total adherencia a la verdad, la abnegación absoluta, la universalidad y espontánea efusión del amor se ven sólo en Sai y en ninguna otra parte. Sai no tiene una pizca de egoísmo. Sai carece de motivos. Sai trata a los aspirantes espirituales de acuerdo con sus merecimientos. Sai continuará amando aun a aquellos que Lo vilipendian. Sai no olvida a nadie, aunque olviden a Sai. Pero ocasionalmente, Sai parecerá estar ignorando a aquellos que puedan haber olvidado a Sai, que actúen en contra de Sus mandatos, que no ponen atención en los ideales Sai o que traicionan a Sai. De esto, algunas personas puedan imaginar que Swami está enojado con alguna persona o insatisfecho con algunos otros. No es sin razón que Sai evita reunirse o hablar con algunas personas. No deseo desperdiciar Mis palabras en personas que no respetan las directivas de Sai ni siguen Sus ideales. No deseo hablar con aquellos que no toman en cuenta Mis palabras. Esto no significa que Yo no sienta amor por ellos.
Esfuércense por comprender la naturaleza del amor de Dios
El amor no se somete a las fuerzas de la envidia o del odio, no importa lo poderosas que puedan ser. El amor prevalecerá por encima de ellas. Una vez, cuando Buda estaba viajando, fue controntado por una demonia con una espada en la mano. “¡Oh Buda! Tu amor debe someterse hoy a mi envidia. Tu vida termina hoy”. Buda le respondió con una sonrisa: “No me someteré a la envidia o al odio. No me afectan ni la alabanza ni la censura ni el ridículo. Yo hasta te amo a tí que tienes tan malas intenciones para conmigo”. Cuando la demonia escuchó estas palabras, se volvió una paloma y desapareció.
Aquellos que odian a otros son finalmente consumidos por su propio odio. Aquellos que están llenos de envidia finalmente encuentran su fin en ella. Ricardo, un personaje en una de las obras de Shakespeare estaba lleno de envidia y no podía soportar a nadie que fuera superior o más hermoso que él. Al final, fue víctima de su propia envidia y murió miserablemente. Se pueden encontrar ejemplares similares en las epopeyas de la India. Bhasmasura, que había obtenido un don de Shiva de que cualquiera sobre quien él colocara su palma quedaría reducido a cenizas, fue él mismo reducido a cenizas cuando colocó su propia palma sobre su cabeza.
En la persecusión de la buena y sagrada vida, uno puede encontrar muchas dificultades y perturbaciones. Surgen muchas dudas y preguntas. Sólo cuando estas dificultades son enfrentadas firmemente y los problemas soportados con paciencia y fortaleza podemos comprender la verdadera naturaleza de la realidad. No deben dejarse agobiar en manera alguna por las dificultades, aflicciones, dudas y decepciones. Deben tener fe. Tengan confianza en sí mismos y esfuércense por comprender bien la naturaleza del amor de Dios. El asegurarse ese amor es la sagrada meta de la vida humana. El poder transformador del amor es ilimitado. San Pablo, quien fue originalmente un crítico inveterado de Jesús, fue transformado por el amor de Cristo en el más grande apóstol de Jesús.
Las malas acciones del hombre traen el descrédito sobre la especie humana
La animosidad que algunas personas muestran por las gentes buenas y santas puede ser atribuida a uno u otro de tres factores. En la primera categoría están los que no tienen fe en Dios o en la bondad y por eso se oponen a cualquier cosa que es buena o sagrada. En la segunda categoría están aquellos que se vuelven en contra de Dios porque sus deseos o ambiciones no han sido cumplidos. La tercera categoría son aquellos que son envidiosos por naturaleza y no pueden tolerar nada bueno. Además de estos tres tipos, hay un cuarto, compuesto de personas que piensan en Dios o buscan el favor de Dios cuando están en problemas o dificultades y olvidan inmediatamente a Dios después de que han pasado sus problemas o sus deseos han sido cumplidos.
Es desafortunado que el hombre, que es inherentemente divino en su origen y en el cual reside el Âtma como el testigo interno, esté ahora atrapado en actos incorrectos y malvados y está trayendo el descrédito a la especie humana. En las edades oscuras, cuando los hombres se dedicaban a acciones malvadas y crueles y se comportaban como demonios o bestias salvajes, podría haber alguna excusa. Pero en la edad actual, cuando se han hecho avances tan grandes en ciencia y tecnología y cuando la gente se llama civilizada, si predo
minan las prácticas inhumanas y la maldad y la ingratitud son la regla, puede uno preguntarse si estas personas son seres humanos o demonios!
La ironía de la situación presente es que, por un lado, los gobiernos están apilando monstruosas armas letales, dedicándose a actos demoníacos y promoviendo conflictos entre naciones, mientras en las reuniones internacionales proclaman su deseo de paz. ¿Hay algún significado en esto? ¿Por qué deben aquellos que anhelan paz alentar los conflictos? Si desean genuinamente la paz, deben perseguir políticas que conduzcan a la promoción de la paz.
Cada quien debe tomar conciencia de que Dios es Uno
La necesidad primordial de hoy es que cada quien tome conciencia de que Dios es Uno Solo. Es lo que Jesús y Mahoma proclamaron. La palabra ‘Alá’ realmente significa ‘el Uno Supremo que contiene todo en el universo’. Este es el mensaje primordial de los Vedas: “La sola letra Om es Brahmán” (“Om itiekâksharam Brahma”).
La verdad esencial de todas las religiones es que Dios es uno. Jesús proclamó la paternidad de Dios y la hermandad del hombre. Uno puede tener sólo un padre, no dos. Cuando Jesús nació, tres sabios siguieron una estrella para llegar a su lugar de nacimiento. Viendo al bebé recién nacido, se inclinaron ante el divino niño en sus corazones. Antes de irse, cada uno de ellos habló a sus padres acerca del niño como sigue: Uno le dijo a María: “Él ama a Dios”. El segundo dijo: “Dios lo ama a él”. El tercero dijo: “Él es Dios”. ¿Cuál es la significancia interna de estos tres pronunciamientos acerca de Jesús? La primera declaración de que “Él ama a Dios” contiene la implicación de que Jesús es un mensajero de Dios. Un mensajero puede amar a su amo, pero el amo puede no amar tan fácilmente a su mensajero. La segunda afirmación declara que “Dios lo ama a él (a Jesús)”. ¿Por qué? Porque él es el hijo de Dios. La tercera afirmación “Él es Dios” confirma lo que Jesús dijo: “Yo y mi Padre somos Uno”. Significa que como el Hijo de Dios, él tiene derecho a adquirir el lugar de su padre. La unidad de padre e hijo fue proclamada por el tercer sabio.
Todos los seres humanos son “mensajeros de Dios”
El significado interno de todo esto es que cada ser humano en el mundo es un mensajero de Dios. ¿Qué significa esto? ¿Cuál es el mensaje que se espera que el ser humano transmita? De que él es un “mensajero de Dios”, no del demonio. Un mensajero de Dios debe propagar las divinas enseñanzas de Dios al mundo. No tiene ningún derecho de llamarse mensajero de Dios si sus acciones son malas, sus pensamientos son malvados y predica ideas equivocadas. Tales personas pueden sólo llamarse agentes del demonio.
A partir de hoy, como “mensajeros de Dios”, deben demostrar al mundo la pureza, la verdad y el amor que lo Divino simboliza. Cuando lleven una vida de pureza y moralidad, tendrán derecho a llamarse “Hijos de Dios”. Dios es la personificación del Amor y no deben hacer nada que sea contrario al amor que Dios representa. Deben desarrollar aquellas buenas cualidades que pueden hacerlos merecedores “Hijos de Dios”.
En la Biblia se relata que Jesús lavó los pies de Sus discípulos. Cuando le preguntaron por qué lo estaba haciendo, Jesús respondió: “Yo estoy lavando vuestros pies como su sirviente, para que puedan aprender a servir al mundo”. Cada ser humano es, para comenzar, un mensajero de Dios. Cuando él cumple con sus deberes como m8ensajero, tiene conciencia de que él es un hijo de Dios y entonces alcanza la unidad con lo Divino.
El amor de Dios es ilimitado y universal, al contrario del amor humano, que es e8strecho y egoísta. El amor de Swami está “más allá de la razón”. Es ilimitado e incambiable. Yo estoy promoviendo el amor por doquier a través de Mi amor. Aquellos de ustedes que han sido nutridos por este amor no deben privarse de su beneficio. No busco nada. No impongo penalidades a nadie. En tal caso, si comprenden la verdadera naturaleza del amor de Swami y utilizan ese amor para transformarse en personificaciones del amor, estarán dándole un ejemplo al mundo.
Discurso de Navidad en el Auditorio Purnachandra,
Prashanti Nilayam, 25-12-1984
El corazón de Jesús era puro y tranquilo. Por ello es honrado como sagrado. Debemos hacer que nuestros corazones sean sagrados para que podamos fundirnos en Jesús o que Jesús se funda en nosotros. Cuando nos fundimos, se llama devoción (bhakti); el despertar a Jesús dentro de nosotros es el camino de la sabiduría (jñâna). Jesús fue un mensajero de Dios; pero noten esto también: todos ustedes son mensajeros de Dios. Jesús no fue el único Hijo de Dios; ustedes son todos Sus hijos. Jesús y Su Padre son uno. Ustedes y Dios también son uno y pueden estar conscientes de ello.
Shri Sathya Sai